Analizan con una batería de pruebas el déficit cognitivo de los enfermos de esquizofrenia
IBS/DICYT Un estudio, coordinado por el psiquiatra Martín Vargas del complejo asistencial de Zamora, ha analizado la disfunción ejecutiva en enfermos de esquizofrenia con el objetivo de estudiar mejor a los enfermos y conocer cuáles presentan este déficit cognitivo y cuáles no. Para ello han empleado las pruebas integradas bajo el nombre de Bateria de Evaluación Conceptual del Síndrome Disejuntivo (BADS en sus siglas en inglés), el déficit cognitivo que presentan los enfermos de esquizofrenia. Se trata de un estudio piloto en población española, según ha explicado a DiCYT Martín Vargas.
El autor principal de este trabajo ha destacado que en la enfermedad mental “es muy importante el déficit cognitivo que se asocia a ella”. Tradicionalmente, la esquizofrenia se ha diagnosticado por la presencia de síntomas psiquiátricos, como alucinaciones y delirios, “pero hoy se sabe que el 70 por ciento de los enfermos esquizofrénicos tienen un déficit cognitivo, sobre todo de la memoria y de la disfunción ejecutiva”, ha puntualizado Vargas.
El sistema BADS consta de seis pruebas, “muy parecidas a las rutinas que hacemos cada día”, ha señalado el psiquiatra que añade que “la capacidad ejecutiva consiste en la capacidad de ordenar las cosas en la cabeza, que es a lo que obligan estas pruebas”. Por ejemplo, una de las pruebas consiste en mostrar al paciente el plano de un zoológico y se le pide que diseñe un trayecto para visitar primero la jaula de los monos, después merendar cerca de los leones y después visitar el recinto de los elefantes antes de que cierren a las siete de la tarde. “Con ello probamos si el cerebro es capaz de diseñar estrategias y planificaciones para resolver problemas o no”, ha afirmado el autor principal del estudio, en el que también han trabajado Juan Carlos Sanz y Juan Marín, neuropsicólogos de la Universidad de Extremadura.
En este trabajo se ha estudiado a 61 enfermos de Zamora y de Mérida y 31 personas sanas, “a los que hemos realizado las pruebas de la batería y otras neuropsicológicas” para ver cómo respondían a ellas y los déficits cognitivos que presentaban.
La esquizofrenia es una enfermedad neuropsiquiátrica grave, en la que el componente genético es muy importante, entre el 60 y el 70 por ciento de la causalidad etiológica es por factores genéticos. Pero esto no se da solo por ser portador de determinados genes, “sino que es muy importante cómo se expresan esos genes, la trascripción de esos genes en proteínas, porque se sabe que el estrés o algunos factores precoces en el desarrollo emocional de la persona, pueden hacer que determinados genes se expresen o no, y eso a la larga puede hacer que se desarrolle o no la esquizofrenia”, explica Vargas.
Otro factor etiológico muy importante es el consumo de tóxicos, especialmente de cannabis, por lo que el psiquiatra ha incidido en la necesidad de prevenir el consumo de esta droga en la adolescencia, para prevenir la esquizofrenia.
Entre las principales conclusiones de este estudio, está que la batería de pruebas sirve para evaluar la disfunción ejecutiva y que esta disfunción se presenta con mayor riesgo tras un ingreso de estancia prolongada en un hospital psiquiátrico, “puede que sea porque las personas que tienen peor función ejecutiva tienen más riesgo de ser institucionalizados o puede ser también porque la institucionalización disminuye la capacidad ejecutiva, digamos que es como si atrofiase el cerebro”, ha asegurado Vargas, quien añade que “como este estudio es transversal no responde a esta pregunta”.
Entre las posibles aplicaciones prácticas de este trabajo, su autor principal ha destacado que “sería muy interesante estudiar la capacidad cognitiva de los enfermos esquizofrénicos y dotar a los servicios psiquiátricos para evaluar la capacidad ejecutiva en la esquizofrenia. Es un caso similar al del alzheimer, para adelantar el diagnóstico hay que hacer determinadas pruebas para objetivar que hay un deterioro en la capacidad cognitiva”.