Alimentación España , León, Mi茅rcoles, 23 de diciembre de 2009 a las 19:06

Analizan el contenido de metales en la leche procedente de explotaciones de la provincia de Le贸n

Cient铆ficos de la Universidad de Le贸n establecen que el riesgo para el consumidor es muy bajo

AMR/DICYT La leche, alimento esencial en la dieta humana especialmente en las primeras etapas de la vida, contiene unos 300 constituyentes nutricionales necesarios para el crecimiento y desarrollo. Se trata de lípidos, proteínas, vitaminas y minerales. Entre estos últimos se encuantran algunos esenciales, como el hierro, el cobalto o el cinc, y otros que no cumplen ninguna función conocida y se recomienda evitar. Un grupo de investigadores de la Universidad de León ha analizado la presencia de metales tanto esenciales como tóxicos en la producción de la provincia. Los científicos comprobaron que los niveles de mercurio, arsénico o cadmio o bien no existían o estaban por debajo de los límites, por lo que afirman que el riesgo para el consumidor es muy bajo.
 

El equipo científico, compuesto por Felipe Prieto, José Ramiro González Montaña y Abner Gutiérrez, estableció la presencia y concentración de estos elementos en leche cruda de ganado vacuno en diversas explotaciones de la provincia de León. Entre junio y septiembre de 2007, recogieron 112 muestras de leche cruda de tanque y otras 65 muestras individuales de cuatro zonas geográficas de la provincia (Esla-Campos, Páramo-Órbigo, Montaña de León y Tierras de León. Los expertos midieron tanto metales esenciales como tóxicos: aluminio, arsénico, cadmio, cinc, cobre, cromo, hierro, manganeso, mercurio, molibdeno y plomo. Las muestras recogidas fueron almacenadas en tubos de poliproplitenos y procesadas en el Laboratorio de Técnicas Instrumentales, de la Universidad de León, a través de técnicas de espectrometría de masas con plas de acoplamiento inductivo y espectrometría de emisión. Además, se realizaron pruebas de distribución y análisis de la varianza tiendo en cuenta variables como la zona, la raza productora, el sistema de producción y la etapa de lactación de la vaca.

 

La concentración media de los diferentes metales pesados analizados en la investigación se mantuvo dentro de los rangos señalados por otros investigadores y por debajo de las exigencias establecidas por la legislación europea como las establecidas por este estudio, más estrictas, por lo que los científicos concluyeron que "el riesgo para la salud del consumidor de leche de vaca procedente de explotaciones de la provincia de León es muy bajo, aunque no nulo", explicó a DiCYT uno de los participantes en el trabajo, José Ramiro González Montaña. El experto aclara que estos porcentajes "no son en ningún caso problemáticos".

 

Por variables 

 

El trabajo estadístico mostró significativas diferencias entre las muestras recogidas en tanques de diferentes granjas y las muestras individuales de explotaciones. Estas últimas mostraban medias de plomo, alumnio, cromo, níquel, cinc, hierro y manganeso ligeramente superiores a las de los tanques. Las de esta procedencia tenían rangos más elevados en cobre y molibdeno. Cabe destacar que elementos como el mercurio, el arsénico y el cadmio registraron concentraciones por debajo del límite de detección. También existieron diferencias respecto a las diferentes zonas geográficas en las que se centró el estudio. "Queremos conocer por qué motivo en zonas concretas, los valores son más elevados", comenta González Montaña. Los científicos encontaron otras diferencias. Los resultados de metales fueron superiores en raza frisona con respecto al ganado de pardo alpina. Por otro lado, la concentración de plomo, cinc, manganeso y el cobre en vacas de uno a tres partos era superior a los encontrado con mayor número de lactaciones.

 

El consumo de leche que contenga metales contaminantes o pesados en cantidades superiores a las permitidas puede favorecer la aparición de trastornos de la salud, como la pérdida de apetito, fertilidad y potencialmente en procesos cancerígenos. El trabajo, que está contenido en la tesis doctoral del mexicano Abner Gutiérrez, fue utilizado en el Encuentro de Investigadores de las Ciencias Pecuarias celebrado en Medellín (Colombia).