Cultura México , México, Viernes, 25 de octubre de 2013 a las 09:46

Analizan la condici贸n laboral de ingenios azucareros en frontera sur

El estudio apunta que siete de cada diez jornaleros migrantes labora sin servicios de seguridad

 

AGENCIA ID/DICYT Los jornaleros agrícolas migrantes que trabajan en ingenios azucareros constituyen uno de los sectores sociales más vulnerables y explotados: 70 por ciento hacen su labor sin un contrato laboral y sin acceso a servicios básicos de seguridad, alimentación e higiene.


Así lo reveló un estudio realizado por El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) en el que expone la precariedad en la que se ven expuestos miles de jornaleros, que provienen de comunidades indígenas marginadas y países centroamericanos.


La doctora Martha García Ortega, investigadora de la unidad de Chetumal y titular del proyecto, explicó que con el fin de conocer la situación actual del problema se realizaron visitas a siete ingenios, incluyendo los tres ubicados en la frontera sur: Huixtla (Chiapas), Azsuremex (Tabasco) y San Rafael Pucté (Quintana Roo) y los de La Joya (Campeche), Tres Valles y La Providencia (Veracruz) y Adolfo López Mateos (Oaxaca).


En cada ingenio se abarcaron dos zafras, es decir el periodo en que se recolecta la caña de azúcar, donde se realizaron cuestionarios, entrevistas y visitas de campo los jornaleros locales y foráneos respecto al acceso a salud, alimentación y educación.


En este tipo de sondeos se les preguntó sobre el sistema de contratación que tienen, el tipo de pago, y si los albergues en donde viven cuentan con los servicios básicos como agua y luz eléctrica.


Dentro de los resultados se encontró que estos servicios se encuentran de manera irregular e insuficiente para cubrir las necesidades de los grupos de trabajadores. Dicha información también fue corroborada en campo, es decir, se visitaron las llamadas galeras donde se alojan el 80 por ciento de los cortadores y sus familias.


Otro punto importante es que la mayoría de los jornaleros foráneos suelen trasladarse con toda su familia para trabajar. En este caso los niños no tiene aulas para estudiar (la excepción fue el ingenio de Quintana Roo), y en una proporción menor, pero importante, acompañan a sus padres al campo.


En cuanto a la cuestión laboral, alrededor de seis de cada 10 jornaleros trabajan seis días a la semana y 13.9 por ciento todos los días, lo que provoca condiciones graves de desgaste físico y riesgos laborales.


En el caso particular del ingenio en la región cañera de San Rafael Pucté en Quintana Roo, los jornaleros provenían de comunidades indígenas zapotecas de Oaxaca, tzotziles de Chiapas, nahuas de Puebla y Veracruz, además de Belice.


Sobre este punto, el estudio destacó que 30 por ciento de los migrantes beliceños y guatemaltecos no cuentan con documentación migratoria y laboran en los ingenios más cercanos de la línea fronteriza. De esta situación resalta la alta vulnerabilidad sobre su condición de trabajadores expuestos a multiples abusos.


Respecto al tema de seguridad, el 35 por ciento no cuenta con servicio médico, aunque el 80 por ciento se enferma por cuestiones de cambio de clima, dolores musculares que se asocian al tipo de trabajo e insolación, además que son poblaciones con una dieta pobre en nutrientes; se dan casos de grupos de trabajadores que solo comen carne tres veces por mes.


García Ortega destacó que este proyecto es el primero en su tipo en llevar a cabo un diagnóstico de las condiciones laborales y de inserción social de los trabajadores agrícolas dedicados al corte de caña en los ingenios del sur-sureste de México, ya que otros estudios que se han realizado están orientados al tema productivo en su mayoría.