Alimentación Colombia , Bogotá D.C., Jueves, 29 de enero de 2009 a las 16:06

Arquitectos de la Universidad Nacional proponen una vivienda especial para los Sikuani

Esta etnia se ubica en las inmediaciones de Cumaribo (Vichada), específicamente en el área conocida como ‘Sabanas del Kirey’

UN/DICYT Claudia Jimena Pérez y Javier Romero, arquitectos de la UN, convivieron con la etnia Sikuani por cerca de cinco meses, encontrando allí como necesidad prioritaria un proyecto de vivienda acorde a sus necesidades. Elementos propios de su cultura y algunos otros adoptados de los centros urbanos aledaños componen los hogares de esta etnia, que se ubica en las inmediaciones de Cumaribo (Vichada), específicamente en el área conocida como ‘Sabanas del Kirey’.

 

Su interés por trabajar el tema indígena surgió a raíz de la materia ‘Amazonia y otros bosques húmedos tropicales’, que en su propuesta académica incluye la visita al Amazonas y a algunas comunidades indígenas de esta región. Más adelante se enteraron de que el profesor Oswaldo Pérez de los Ríos dictaba el taller vertical ‘Asentamientos Humanos. Hábitat de Emergencia’, en el que uno de los temas que se ofrecen es el indígena. La zona en que estaban trabajando para ese tiempo era precisamente Cumaribo. “Llevamos trabajando con los indígenas Sikuani de Cumaribo cuatro años, tratando de ayudarles inicialmente en el Plan de Ordenamiento Territorial. También en los planes de vida, con todas las dificultades que esto conlleva, en lo relacionado con el transporte, permanencia y otros factores”, afirmó el docente.

 

La estructura está constituida por tres partes: el basamento (piso), el cerramiento y la cubierta. La primera hecha a base de tierra cemento y, de acuerdo a una recomendación de la comunidad, esmaltada para que sea más fácil de limpiar. “El cerramiento es en madera. Inicialmente planteamos la recuperación de algunas maderas que actualmente tienen. En la parte superior tenemos una franja que cumple con la idea de generar la ventilación cruzada y a la vez involucra a los mismos indígenas en la fabricación de la vivienda debido a que está compuesta por tejidos de palma”, dijeron los arquitectos.

 

Un valor agregado es una doble estructura que se propone con el objetivo de ubicar los paneles de cerramiento dentro o fuera, logrando así opciones distintas para el manejo del espacio. Si es en el interior se gana un espacio, bajo techo, para tejer o ubicar sillas con el fin de realizar labores similares. Si el cerramiento es en el exterior, internamente se obtienen columnas útiles para crear estantes de almacenaje. La cubierta es en teja de zinc y se propone una cámara de aire con un cielo raso en madera u otro material vegetal para conservar las condiciones climáticas. Además, la teja de zinc permite la recolección de aguas, es un material adoptado por la comunidad y genera un ahorro gracias a que el Gobierno lo suministra.

 

El espacio global está compuesto por dos zonas independientes, la cocina y el dormitorio. Ambas comparten las características estructurales, pero se diferencian por la organización interior y el cerramiento, que en la primera permiten un mayor alcance visual desde el exterior, siendo esta una zona amplia y con paneles abiertos. La segunda, que presenta muros en adobe con espacios para habilitar el tránsito de aire, cuenta con paneles más tupidos que generan un ambiente de privacidad. Cada unidad básica es de 60 metros cuadrados, aunque dependiendo de la familia, se puede extender hasta el doble.