Salud España Salamanca, Internacional, Viernes, 28 de enero de 2005 a las 18:11

Cada minuto que pasa se detecta un nuevo caso de lepra en el mundo

El 30 de enero se celebra el Día Mundial de la Lepra sin que se haya alcanzado la meta propuesta por la Organización Mundial de la Salud

Ana Victoria Pérez/DICYT En pleno siglo XXI cada minuto que pasa se detecta un nuevo caso de lepra en el mundo. Una enfermedad enquistada en países como la India, Brasil, Madagascar Mozambique, Nepal o Tanzania, donde se concentra el 90% de los casos mundiales y en los que se cuadruplican la tasa de incidencia de un caso por 10.000 habitantes que la Organización Mundial de la Salud había propuesto para 2005.

A falta de dos días para la celebración del Día Mundial de la Lepra, la organización no gubernamental Anesvad se ha propuesto llamar la atención sobre la situación que se vive en algunos países como Ecuador, donde las tasa de incidencia general propuesta por el gobierno se acerca a los 0’9 casos por cada 10.000 habitantes, aunque en el interior del país existen zonas endémicas en las que se superan los cuatro casos por cada 10.000 habitantes.

El peligro de considerar que estos países han cumplido los objetivos propuesto por la Organización Mundial de la Salud para dejar de considerar la lepra un problema de salud pública en 2005 reside en eliminar las partidas sanitarias dedicadas al tratamiento de estos enfermos, excluyéndoles de los sistemas nacionales de salud. Se calcula que el mundo se producen al año unas 4.000 muertes causadas de manera indirecta por la enfermedad. Además, existen unos tres millones de discapacitados a causa de la lepra, y cerca de un millón de enfermos está siguiendo el tratamiento de cura.

Se trata de una enfermedad vinculada desde siempre a la pobreza y el rechazo social. Una situación que se ha agravado en las sociedades civilizadas por las dificultades añadidas que supone el localizar y prestar atención a los enfermos de las zonas urbanas.

Curación desde 1876

En los últimos 20 años se han curado más de doce millones de enfermos de lepra en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, pero, tan sólo uno de cada tres enfermos tiene acceso al tratamiento prescrito para acabar con la enfermedad.

La lepra es un mal conocido desde el 1500 a.C. que, a pesar de tener cura desde 1876, aún afecta a siete millones de personas en el mundo, una cifra que se incrementa en unos 700.000 casos cada año. Al contrario de los que se suele pensar, el contagio no es sencillo, ya que sólo se produce cuando existe un contacto continuado con el enfermo y malas condiciones higiénicas y alimentarias, pero el tratamiento de la enfermedad tampoco lo es. El denominado MDT (Multy Drug Therapy) consigue eliminar del cuerpo del paciente el bacilo Mycobacterium leprae, causante de la enfermedad. El MDT es en realidad una poliquimioterapia difícil de resistir por los pacientes si no están bien alimentados.

 

Tres tipos de lepra

Existen tres clases de lepra en función de la fase en la que se encuentra la enfermedad: tuberculoide, lepromatosa y dimorfa. La primera se corresponde con las fases iniciales de la enfermedad y quienes la padecen manifiestan lesiones superficiales, poco marcadas y localizadas en determinadas partes del cuerpo. La lepromatosa se corresponde con la fase más avanzada de la enfermedad, en la que los afectados manifiestan lesiones serias, muchas de ellas irreversibles, como las deformaciones faciales que les hacen fácilmente identificables. La lepra dimorfa posee características de ambas. De ahí la importancia de la detección precoz de la enfermedad, que evitará a los pacientes secuelas físicas importantes y facilitará su integración en la sociedad sin el estigma que en muchos países supone el ser identificado como enfermo de lepra.

 
Por lo general, la lepra actúa muy lentamente, por lo que es difícil determinar cuándo y dónde la contrajo el enfermo. Pueden pasar entre tres y diez años en producirse las primeras manifestaciones, que suelen consistir en pérdida de sensibilidad, aparición de manchas y sequedad en la piel.