Salud Chile , Chile, Miércoles, 13 de julio de 2011 a las 17:43

Células del tejido adiposo pueden ayudar a mejorar la cicatrización de la piel

Un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile demuestra que es posible extraer células madre de la grasa corporal que se saca mediante liposucción, las cuales contribuyen a la regeneración de la dermis

UCH/DICYT La investigación la realizó el doctor Manuel Meruane, tesista del Laboratorio de Embriología Comparada del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del Instituto de Ciencias Biomédicas del plantel, proyecto en el cual cultivó células madres extraídas de tejido adiposo sobre un sustituto dérmico artificial llamado Integra, para luego injertarlo en piel con extensas y profundas zonas dañadas, logrando no sólo una mejor cicatrización sino que, además, estimulando la producción de colágeno y la formación de vasos sanguíneos en el área.

 

El doctor Meruane explica que las células madre representan, hoy, una gran esperanza terapéutica para un sinnúmero de patologías debido a su infinita capacidad de dividirse y su cualidad de diferenciarse en distintas células dependiendo del medio en que se encuentren. Sin embargo, y frente a las dificultades científicas y éticas que representa su obtención desde los tejidos embrionarios, se ha comprobado que es posible su extracción a partir del tejido adiposo, el mismo que es posible quitar del cuerpo mediante la técnica de la liposucción.

 

"La medicina regenerativa es un campo interdisciplinario emergente de investigación y aplicación clínica centrado en la reparación, reemplazo o regeneración de órganos o tejidos. Pero la mayor parte de los tejidos humanos no se regenera, sino que cicatriza", añade el doctor Meruane.

 

En la actualidad, las personas pueden presentar pérdida cutánea debido a accidentes traumáticos, quemaduras, enfermedades o como resultado de intervenciones quirúrgicas. "Las cicatrices nunca son como la estructura original, son feas, retráctiles, duras al tacto, no tienen vellosidad propia ni glándulas sebáceas", describe. Parte de estas situaciones se resuelve mediante el uso de sustitutos dérmicos, tales como Integra, que es una membrana bilaminar formada por una lámina externa de silicona -que permite un sello de forma semejante a la piel, protege del trauma mecánico y de la invasión microbiana- y una lámina interna conformada por una matriz fibrosa, porosa y biodegradable que funciona como base para la invasión y crecimiento de los componentes celulares y fibrovasculares.


Mejor regeneración de la piel


En el proyecto del doctor Meruane, por cada 10 ml extraídos de tejido adiposo humano, obtuvo 100.000 células madre, "las cuales, como son adultas, no mantienen las mismas propiedades que las embrionarias, por lo que tienen menos capacidad de diferenciación y de renovarse en el tiempo, pero son igualmente útiles y, lo principal, su extracción no supone problemas éticos", explica.

 

Posteriormente, pudo constatar mediante un modelo experimental in vivo que las células troncales, luego de ser cultivadas sobre la lámina interna del sustituto dérmico se adherían a ella, por lo que podían ser aplicadas como un injerto de piel. En él se comprobó, después de tres semanas, no sólo que las células madre se diferenciaron como células de la dermis, sino que se formaron nuevos vasos sanguíneos y fibras colágenas -por la estimulación de los fibroblastos-, lo cual aceleró la cicatrización y dio soporte a la regeneración de la nueva estructura cutánea. "Y como las células madre carecen de antígeno de histocompatibilidad mayor clase II, no generan rechazo, por lo que no es estrictamente necesario que provengan del mismo individuo", añade.

 

Por esto, el doctor Manuel Meruane -quien con este proyecto alcanzó el grado de Magíster en Ciencias Biomédicas con mención en Morfología- aclara que la posible aplicación clínica de este nuevo conocimiento mejoraría la calidad de la cicatrización donde se apliquen estos sustitutos dérmicos enriquecidos con células madre. "En la actualidad, cuando se utiliza en pacientes este sustituto dérmico -sin células madre cultivadas en él-, después de tres semanas sobre éste se debe poner una capa muy fina de células de la epidermis para lograr la regeneración completa. Al agregar estas células madre, es posible reducir a dos semanas el tiempo de espera para poner el injerto epidérmico, logrando una cicatrización de mejor calidad, por la mayor vascularización del tejido y capacidad de sintetizar colágeno".

 

Otra aplicación, finaliza, sería el posible uso de estas células madre para estimular la producción de colágeno en las células de la piel que, por el paso del tiempo, no lo sintetizan, siendo ésta la causa de que la piel ceda y se formen arrugas".