Ciencia España , Burgos, Martes, 11 de mayo de 2004 a las 18:11

Científicos del CSIC recurren a la prueba del Carbono 14 para datar diferentes monumentos de Castilla y León

Ya se han analizado templos de las provincias de Zamora, Palencia y Burgos

Sergio Corral/DICYT Durante las dos primeras semanas del mes de mayo, un grupo de investigadores científicos enviados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tomarán muestras de la madera de diferentes ermitas e iglesias de la provincia de Burgos, a las que someterán posteriormente a la prueba del Carbono 14, con la que se pretende conseguir una datación cronológica de los edificios.

El proyecto de dendrodatación (datación a aprtir de la madera) que este grupo de investigadores están realizando para CSIC trata de hacer un análisis arqueológico a través de la madera para datar cronológicamente el edificio estudiado. Luis Caballero Zoreda, científico adscrito al Departamento de Historia Antigua y Arqueología del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, asegura a DICYT que “a todas las muestras de madera que se recojan se les realizará la prueba del Carbono 14”.

Cómo se hace la prueba del Carbono 14


Cualquier cuerpo vivo está formado en mayor o menor medida por carbono, que emite radiaciones desde el momento en el que ese cuerpo del que forma parte muere. La emisión de radiación no se prolonga por tiempo indefinido, ya que tal y como asegura Luis Caballero, “hay una fecha determinada en la que termina esa emisión de radiación”. Es por este motivo por el que cuando se encuentran restos de una fogata en un yacimiento arqueológico “podemos saber que del carbono que tiene la madera, una parte proporcional pertenece a esa radiación carbónica que empezó a emitir en el momento que murió”. Lo mismo sucede con los esqueletos enterrados, en los que “se puede medir el porcentaje de carbono antiguo que está emitiendo”. Una medición con la que “conseguiremos la fecha en la que el cuerpo murió y empezó a emitir la radiación”.

Según manifiesta Luis Caballero, tanto la prueba del Carbono 14 como la dendrocronología -estudio que busca la datación cronológica de un cuerpo y que se basa en el análisis del crecimiento de la madera- “son técnicas que se encuentran en una constante puesta al día”. Un esfuerzo en Investigación, Desarrollo e Innovación tecnológica que no es suficiente para este científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien en declaraciones a DICYT asegura que “pese a la constante actualización tecnológica es necesaria una mayor puesta al día de las autoridades competentes en la materia, ya que en España sólo existe un dendrocronólogo”. Con la infraestructura técnica y científica necesaria para llevar a cabo con garantías las pruebas del Carbono-14 “pasa un poco de los mismo”, asegura el doctor Caballero. Pese a que en la actualidad el Consejo Superior de Investigaciones Científicas dispone de un laboratorio en Madrid, “serían necesarios más laboratorios equipados con la técnica AMS”, asegura.

La ausencia de los equipos técnicos necesarios que permitan el uso de la tecnología AMS (más fiable que la del Carbono 14) hace que “cuando hay poca cantidad de madera, o simplemente queremos una comprobación más exacta sobre un análisis concreto, nos vemos obligados a mandar las muestras a laboratorios de fuera de España”.

Como si de un yacimiento arqueológico se tratara

Tras la localización de las ermitas y de la madera que será objeto de estudio, los científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizan una estratigrafía como las que se hacen en un yacimiento arqueológico, que será necesaria para localizar el lugar exacto en el que se encuentra la madera que queremos estudiar. Realizar esta planificación basada en los diferentes estratos del suelo se debe, a juicio de Luis Caballero, a que “se considera que el edificio es como un yacimiento que no se ha construido en un momento determinado, sino a través de una secuencia de construcción-ruina-reconstrucción por la que llega al momento actual”.

Esta metodología es la que nos asegura que “no hay iglesia que sea típicamente románica, sino que es alto-medieval en una parte, gótica en otra y románica en otra”. Una vez que los restos son ubicados en esta secuencia es cuando, con una barrena, se toman las muestras de la madera de aproximadamente un centímetro de diámetro. Será en este cilindro sobre el que se estudien “los anillos de crecimiento de la madera, que nos dirán la cronología de la misma”.


En Castilla y León se han analizado, utilizando esta metodología de trabajo, los templos de San Pedro de la Nave (Zamora), San Juan de Baños (Palencia) y el monasterio de San Pedro el Viejo de Arlanza, en Burgos, con unos resultados “muy interesantes”. Prueba de ello es la conclusión a la que se llegó tras estudiar la iglesia de San Juan de Baños. Pese a la creencia popular que señala que su fábrica es puramente visigótica, Luis Caballero asegura que “los trabajos realizados apuntan claramente a que tiene una importante restauración gótica, sobre la que hizo otra en época moderna”.

Las ermitas de la provincia de Burgos sobre las que se actuará en estas primeras semanas del mes de mayo serán las de Quintanilla de las Viñas, Barbadillo del Pez, San Juan de Barbadillo del Mercado y la de San Martín de Vizcaínos. Además, está previsto realizar una intervención de emergencia en la portada de la iglesia parroquial de Santa Ana, ubicada en casco urbano de la localidad de Peñaranda de Duero, que fue declarada por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural.