Salud España , Valladolid, Martes, 01 de abril de 2008 a las 17:41

Científicos vallisoletanos y norteamericanos colaboran en el estudio del crecimiento del cerebro embrionario

Las investigaciones realizadas por el equipo de Ángel Gato han determinado el papel que juega el fluido cerebro espinal

YG/DICYT Científicos de la Universidad de Valladolid y de Villanova, en Philadelphia (Estados Unidos) están realizando una revisión conjunta de los estudios que han desarrollado durante los últimos años investigadores de cada uno de estos centros en torno al crecimiento del cerebro en fase embrionaria. Por parte de la Universidad de Valladolid las investigaciones las lleva a cabo el grupo que dirige Ángel Gato Casado, profesor del Departamento de Anatomía y Radiología de la Facultad de Medicina y director del Laboratorio y Teratología del Sistema Nervioso Central, perteneciente al Instituto de Neurociencias de Castilla y León, quien ha explicado a DICYT que la colaboración con esta universidad y en concreto con la prestigiosa bióloga Mary Demond, se centra en estudiar el papel del fluido del cerebro embrionario en el crecimiento inicial del cerebro así como en analizar si alguno de los factores de crecimiento que contiene este fluido están en relación con ese proceso expansivo.

 

Ya existe un primer borrador de este trabajo, que se completará con nuevas fórmulas de colaboración entre ambas instituciones, entre ellas la próxima estancia de un becario del equipo de Desmond en la Universidad de Valladolid en los próximos meses. A juicio de Gato Casado, la puesta en común de estos conocimientos ha hecho que las conclusiones “sean coherentes” en torno al papel que juega el fluido del cerebro embrionario en este proceso.

 

Los contactos entre ambos grupos de investigadores se iniciaron hace unos años a raíz de los descubrimientos del equipo de Gato, que determinaron que el fluido situado dentro de las cavidades del cerebro embrionario en fases muy tempranas “tienen una composición proteica muy compleja, con presencia de factores de crecimiento”. A raíz de los estudios de los científicos vallisoletanos se ha demostrado que este fluido, según ha explicado el investigador a DICYT, “condiciona el crecimiento del cerebro, regula la división de las células y la formación de neuronas”, funciones que vendrían a completar la única tarea que hasta ese momento se le atribuía a este fluido y que era la de realizar una presión interna para que el cerebro se expandiera.

 

Sobre estos estudios, que por el momento se están probando en ratones y pollos, ya se han realizado en torno a una decena de publicaciones y “cada vez se abren nuevas líneas para investigar”. En concreto, Gato explica que a través de una de ellas están tratando de determinar qué factores de crecimiento presentes en el fluido posibilitan la neurogénesis (formación de neuronas) y la supervivencia celular.

 

Aplicación en enfermedades neurodegenerativas

 

Otra de las líneas de investigación que desarrolla este grupo de científicos y que es la que tiene una aplicación más directa trata de determinar la influencia del fluido cerebroespinal embrionario en el comportamiento de las células madre del cerebro adulto con el objetivo de “activar la neurogénesis aplicando factores de crecimiento que están en ese fluido embrionario” y que podrían tener una aplicación en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. Por el momento este estudio se están ensayando en roedores y en concreto en pequeñas secciones de cerebro que se cultivan in vitro.  

 

Pese a que los trabajos de la Universidad de Valladolid y de Desmond han ido siempre “en paralelo”, esta colaboración no se materializó hasta la primera visita de la investigadora norteamericana a la Universidad de Valladolid el pasado año y se afianzó con el viaje de Ángel Gato Casado a la Universidad de Villanova.