Salud España , Salamanca, Jueves, 22 de abril de 2010 a las 14:18

Consumir alcohol en fin de semana tiene efectos más perjudiciales que hacerlo de forma continuada

El experto de la Universidad de Salamanca David Rodríguez ha investigado los efectos del alcohol sobre el organismo en colaboración con científicos internacionales

MMM/DICYT Consumir alcohol en fin de semana tiene efectos más perjudiciales que hacerlo de forma continuada, según se desprende de las investigaciones llevadas a cabo por el experto de la Universidad de Salamanca Francisco David Rodríguez, profesor de Bioquímica y Biología molecular, que durante años ha colaborado con expertos de países nórdicos en el estudio de los efectos del alcohol sobre el organismo. En concreto, la investigación acerca las diferencias entre el consumo de alcohol de manera intermitente y concentrada en fines de semana y el consumo diario se realizó con ratas, analizando los daños celulares que presentaban.

 

La investigación se llevó a cabo por iniciativa de científicos suecos, ya que en los países nórdicos se consume alcohol principalmente en fines de semana. David Rodríguez se trasladó allí para colaborar en este asunto, ya que su línea de investigación se centró en este tema desde el principio. En el estudio se experimentó con ratas, consistía en estudiar si el alcohol cuenta con dianas receptoras específicas, es decir, proteínas que presentan mayor sensibilidad al etanol. “El que existan estos receptores determinados no está tan claro como en el caso de las sustancias opioides” ha declarado David Rodríguez a DICYT. Los experimentos consistieron en la administración de una misma cantidad de alcohol al día a un grupo de ratas, y la misma dosis a otro grupo pero de manera intermitente, es decir, simulando el consumo de fin de semana. De esta forma, se observó comparativamente la muerte celular que se producía en un caso y en otro.

 

Tras la administración de la sustancia se analizó la composición lipídica de ambos grupos de ratas para evaluar el índice de daño producido. “Sabemos que el etanol afecta a la composición de la estructura lipídica de la membrana de las células alterando la función de las células o provocando su muerte”, manifiesta el investigador. Así, los investigadores comprobaron que el daño era mucho mayor cuando el consumo se realizaba de forma intermitente concentrado en días concretos. En teoría, esto sucede porque el cerebro no se adapta en estos casos de la misma manera que lo hace cuando el estímulo es sostenido. 

 

La droga más consumida entre los jóvenes

 

“El alcohol es una droga que nos ha acompañado durante toda la historia, pero los niveles de consumo actuales están siendo alarmantes. Es la droga más consumida entre la juventud y además posee una alta aceptación social”, señala el experto, que recientemente ha publicado el libro Alcohol y cerebro. “Además está extendida la costumbre de consumirlo de forma concentrada los fines de semana, lo que denominamos en atracón, también denominado binge drinking, lo cual acarrea daños irreversibles que son mucho mayores que si se consumiera de forma intermitente”, explica Rodríguez.

 

“Los adolescentes beben cada vez más pronto, a unas determinadas edades en las que se están desarrollando las estructuras cerebrales y son claramente vulnerables a la ingesta de alcohol”, comenta. “Cuando se bebe alcohol de forma desmesurada se producen alteraciones cognitivas muy importantes, se ve dificultada la capacidad de lectura y comprensión y, en definitiva, la capacidad para realizar habilidades cerebrales complejas se ve disminuida”.

 

“El consumo de esta droga afecta al sistema de neurotransmisión cerebral dando lugar a enfermedades crónicas, a pérdida de masa cerebral y a degeneración neuronal, además de producir otros efectos inmediatos”, apunta, en referencia no sólo a sus propias investigaciones, sino al seguimiento de las publicaciones científicas de los últimos años en relación con este tema.
 

 

La formación como solución
 

El investigador considera que el desconocimiento, por parte de la mayoría de las personas, de los efectos metabólicos del alcohol en el cuerpo es una de las causas de su abuso. “Los efectos dependen de las dosis, pero no se maneja esta variable y se bebe sin control. Este problema, unido a otros factores psicológicos importantes hace que seamos tolerantes a su consumo, sin tener en cuenta lo poderoso y dañino que puede llegar a ser”, comenta. Ante este panorama, una de las soluciones por las que apuesta este investigador es la formación e información a los jóvenes y considera que la prohibición no es la mejor solución.