Tecnología España , Burgos, Viernes, 05 de noviembre de 2004 a las 15:00

"Cuando se informa sobre energía nuclear no hay que centrarse siempre en los incidentes"

Elena de la Fuente, autora del 'Manual de Energía Nuclear para Periodistas'

AVPR/DICYT  La producción eléctrica de las centrales nucleares españolas evita la importación anual de gas y petróleo por valor de mil millones de euros. Castilla y León contribuye a alcanzar estas cifras a través de la central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en Burgos desde 1971. En el año 2003, la energía generada por las instalaciones burgalesas alcanzó los 3.739 millones de kilowatios hora (KWh), lo que representa el 50% del consumo eléctrico de nuestra Comunidad y la tercera parte del consumo del País Vasco. Unos datos que la mayor parte de la sociedad desconoce y que han motivado a la físico y periodista leonesa, Elena de la Fuente, a redactar el primer Manual de Tecnología Nuclear para Periodistas. Elena, quien ha contado con el apoyo del Foro de la Energía Nuclear y la Universidad de Salamanca pretende mejorar la calidad de las informaciones que aparecen diariamente en la prensa sobre esta fuente de energía.

 

A pesar de que la energía nuclear está implantada en las sociedades industrializadas desde hace ya varias décadas, -las centrales nucleares llamadas "de primera generación" comenzaron su explotación comercial entre 1969 y 1972 en España-, parece que cualquier información relacionada con ella está plagada de incorrecciones y reticencias. En la Comunidad de Castilla y León es destacable la presencia de la Central Nuclear de Garoña, ubicada en el norte de la provincia de Burgos, que comenzó su explotación comercial en 1971.  Ante estos hechos, ¿cuáles son las carencias informativas que usted ha detectado para que hayan considerado necesario elaborar un manual de tecnología nuclear para periodistas? 

El problema fundamental que creo que puede surgir a la hora de difundir los temas nucleares es la falta en ocasiones de instrumentos que faciliten la tarea del periodista. Se hace necesaria la existencia de un puente entre los medios de información y los responsables de comunicación de las instalaciones y principales organismos nucleares nacionales, de modo que se facilite su trabajo y a la vez dicha información sea lo más rigurosa posible y de primera mano.

En definitiva, creo que la información sobre el proceso energético nuclear es relativamente accesible pero suele encontrarse de manera dispersa. Por ello, con la creación de este manual, se pretende agrupar todos estos conocimientos con el fin de que el profesional de la información lleve a cabo su trabajo de forma ágil y sin perder precisión y claridad.

¿Desde su punto de vista, cree que los medios de comunicación deberían mejorar la formación científica de sus informadores?

Definitivamente sí. La presión a la que se ve sometido el informador en el momento de elaborar una noticia, un reportaje o una nota de prensa, no siempre le permite profundizar en la búsqueda de información, y en algunas ocasiones no siempre sabe dónde acudir. Aunque el periodista no siempre estuviera en posesión de conocimientos suficientes para acometer su trabajo, sería un paso importante que supiera con qué recursos cuenta y qué fuentes puede consultar, para que su tarea fuera más completa y precisa.
En este sentido, los esfuerzos de algunas organizaciones y asociaciones, como el Foro de la Industria Nuclear Española, por hacerles partícipes de estos conocimientos del sector, no pueden pasar desapercibidos y deben tomarse como referencia de una adecuada formación del periodista.

En virtud del estudio que usted ha realizado, ¿Cómo calificaría el nivel de las informaciones que sobre energía nuclear reciben los españoles?
¿Se proyecta una fotografía real de la situación del sector?

Los medios de comunicación pueden contribuir a elevar la cultura de la población elaborando una buena información sobre energía nuclear. El problema, como ya he mencionado anteriormente, es su falta de tiempo a la hora de elaborar dicha información, lo que provoca en algunos casos datos poco fiables o sin contrastar, a veces sin ningún rigor y que incluso no reflejan la actualidad real que se vive en el sector nuclear en España.
La noticia no siempre debe estar centrada en los incidentes nucleares y en comparar el buen funcionamiento de nuestras instalaciones con desgraciados acontecimientos del pasado. Sería interesante transmitir también al ciudadano los buenos resultados de las centrales nucleares, con el fin de conseguir desmitificar la convivencia de la sociedad actual con esta fuente de energía.

En el manual que acaban de presentar no han querido obviar ninguno de los aspectos controvertidos que rodean siempre a la energía nuclear. Desde el sector siempre se ha fomentado la transparencia a la hora de facilitar datos generales sobre el funcionamiento de las instalaciones. Aún así muchos profesionales de la información protestan por la parcialidad de los estudios que se realizan, ¿Existe algún sistema de auditoría externa que pruebe, por ejemplo, los estudios comparativos sobre los riesgos que entrañan los diferentes tipos de centrales eléctricas? 

El control sobre cualquier instalación nuclear es llevado a cabo por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que es un organismo independiente que vela por la seguridad de los trabajadores de la instalación y de las personas del entorno. Cualquier anomalía en una instalación es supervisada y regulada por este organismo, emitiendo la correspondiente sanción en caso de violación de los límites de seguridad establecidos. Es bien sabido que cualquier actividad energética e industrial conlleva ciertos riesgos razonables, supongo que las empresas eléctricas propietarias de las distintas centrales de producción eléctrica también llevan un control y una evaluación continuados del buen funcionamiento de sus instalaciones. Si no fueran instalaciones seguras no las mantendrían en funcionamiento.

¿Cuál es el principal reto que se le plantea a la industria nuclear para el futuro? 

El sector nuclear español ha demostrado siempre una importante capacidad tecnológica. Con una potencia instalada superior a los 7.890 MW, nuestras centrales nucleares representan el 24% de la producción total de electricidad peninsular. La seguridad de las instalaciones nucleares no sólo se centra en afirmar que no tendrán lugar accidentes, sino que, en el caso de que se produzcan, existan los sistemas necesarios para evitar cualquier daño dentro y fuera de la central.

Por ello, el principal reto al que se enfrentan nuestras instalaciones es hacer llegar este buen funcionamiento a los ciudadanos, fomentando así la paulatina desaparición de la desconfianza aún existente en la actualidad. Aquí también juega un considerable papel el periodista, ya que con su trabajo puede contribuir a hacer llegar estos hechos positivos a la población y a mitigar el rechazo hacia todo lo relacionado con el uso energético de la tecnología nuclear.