Tecnología España , Salamanca, Mi茅rcoles, 01 de junio de 2011 a las 17:51

Desarrollan un sistema de apoyo a la educaci贸n de sordociegos

La Universidad Pontificia de Salamanca trabaja en un dispositivo que capte e interprete las ondas del cerebro para hacer posible la comunicaci贸n

José Pichel Andrés/DICYT La comunicación con una persona sordociega es un reto complicadísimo al que se enfrentan los logopedas especializados. Una iniciativa del Club de Innovación de la Universidad Pontificia de Salamanca se propone ayudar en esta tarea por medio de la tecnología. El alumno de la Facultad de Informática José Enrique Díaz González, dirigido por el profesor Javier Bajo, ha puesto en marcha el proyecto SaBeS (Sistema de apoyo biofeedback en educación de sordociegos) con el propósito de facilitar esta comunicación. La idea es construir un dispositivo basado en la captación de señales eléctricas del cerebro que se puedan interpretar por medio de un software adecuado. A través del entrenamiento, esta herramienta podría permitir cierto grado de comunicación entre el logopeda y la persona sordociega e incluso, a más largo plazo y con el perfeccionamiento del sistema, podría pensarse en un instrumento de comunicación entre el sordociego y su entorno.

 

“El sistema pretende identificar patrones mentales que se captan mediante unos electrodos que hemos modificado y que llega una fase en la que esos datos se procesan para, finalmente, mandarlos al ordenador”, explica el investigador. “Mediante una serie de algoritmos, el software es capaz de discriminar y encontrar los patrones que vamos a usar para desarrollar algún tipo de comunicación”, agrega.

 

El proceso comenzaría cuando un logopeda envía un estímulo a un sordociego. El sistema captaría la reacción en forma de ondas cerebrales e intentaría interpretarlas, una misión “más difícil de lo que parece”, afirma José Enrique Díaz, ya que la comunicación debería ser en tiempo real y no es sencillo conseguirlo.

 

La idea se basa en que el cerebro emite señales eléctricas, aunque en realidad “una señal se compone de muchas señales y lo que nosotros hacemos es disgregarlas y usarlas para encontrar patrones”. Cada zona del cerebro trabaja con diferentes ondas y responde a diferentes estímulos, por lo tanto la cantidad de información que los investigadores pueden extraer es enorme.

 

Trabajo de aprendizaje

 

Aunque por el momento, los primeros experimentos se llevan a cabo con otros alumnos de la Universidad Pontificia, el investigador, pone un ejemplo de lo que sería el trabajo “de aprendizaje” del sistema. La propuesta puede ser levantar el brazo derecho decenas de veces. Aunque en las sucesivas repeticiones las cosas que piensa una persona sean diferentes, al final se extrae un patrón común, que es la parte de la actividad cerebral que ha permitido levantar el brazo. Al identificar este patrón, ya se puede traducir a hechos las ondas cerebrales. Así “almacenaremos una serie de estímulos-respuestas que después intentaremos clasificar”, declara. Para ello, alumno y profesor ya han encontrado un algoritmo cuyo error es casi inexistente.

 

El proceso de comunicación varía según el tipo de sordociego con el que se intente, pero en el caso de las personas que lo son de nacimiento la educación supone un reto enorme, ya que es difícil transmitirles cualquier concepto por sencillo que sea. En cualquier caso, una aplicación directa de este sistema sería comprobar si los implantes cocleares que habitualmente se le colocan a un paciente para que recupere la audición funcionan correctamente o no, algo que hasta ahora no se puede comprobar desde el exterior.

 

José Enrique Díaz González ha construido manualmente todo el sistema y está desarrollando este proyecto con una de las becas que el Servicio Público de Empleo de Castilla y León (Ecyl) ofrece a titulados de la Universidad Pontificia de Salamanca para que lleven a cabo sus proyectos de investigación.