Alimentación Argentina , Argentina, Jueves, 04 de octubre de 2018 a las 08:23

Descubren c贸mo una lesi贸n en un ojo afecta al que est谩 sano

Investigadores del CONICET encontraron una conexi贸n inmunol贸gica entre las conjuntivas que puede ser importante para el tratamiento posoperatorio en la pr谩ctica oftalmol贸gica

CONICET/DICYT Los ojos son estructuras separadas que actúan en conjunto para formar las imágenes que construimos en nuestro cerebro. Cuando uno de ellos se daña, por ejemplo ante una cirugía, el ojo sano reacciona por un mecanismo que hasta ahora no se conocía.

 

En un trabajo publicado en la prestigiosa revista Mucosal Immunology, del Grupo Nature, científicos del CONICET hallaron el porqué de esta reacción cruzada: la lesión de un ojo ‘viaja’ como una señal de alarma hacia el sistema nervioso central y de allí al ojo sano, en un mecanismo neurogénico que incluye a la sustancia P y al receptor TRPV1.

 

En el lado lesionado, describieron cómo se sensibiliza el receptor TRPV1, que usa vías moleculares que son muy conocidas, porque es el mismo receptor que, por ejemplo actúa para detectar el picante en la vía del gusto. Como están identificados y descritos, desde hace más de 20 años, existen reactivos que los científicos usaron para bloquearlos o activarlos y observar qué ocurre en cada caso, y cómo se activa la alarma que viajará hacia el otro ojo.

 

“Cuando llega esa señal al ojo contralateral se liberan neuropéptidos proinflamatorios, como la sustancia P, que es la que, en la superficie ocular -en la conjuntiva [membrana transparente que recubre al ojo]-, genera una activación de una cascada inmune”, explica Mauricio Guzmán, su principal autor, becario doctoral del Consejo en el Instituto de Medicina Experimental (IMEX -CONICET-Academia Nacional de Medicina[ANM]).

 

“Se conocía hace algunos años que, para algunas partes del ojo, -como la retina y la córnea- que lo que ocurre en uno repercute en el otro -se le llama oftalmía simpática-, y se había hallado que para estas estructuras que el origen era inmunológico. Se pensaba que estaba limitado a estas partes del ojo, nosotros vemos en este trabajo que también se extiende a la cobertura del globo ocular: la conjuntiva”, Jeremías Galletti, investigador adjunto del CONICET en el IMEX, quien dirigió el trabajo.

 

La importancia de entender mejor cómo ocurre este fenómeno, dice Galletti, es que “luego de una intervención quirúrgica, es común que se manifiesten molestias como irritación en el ojo que no se tocó y que pueden convertirse en enfermedades de la superficie ocular”.

 

En el trabajo, observaron que desde que se produce la lesión, transcurren 24 hs para que la señal de alarma llegue al ojo contralateral, sano. “Eso tiene sentido porque es lo que tarda en llegar un señal por vía axonal. No es como una señal sensitiva que, por ejemplo, te tocás la rodilla y lo sentís inmediatamente, es mucho más lento, porque primero se tienen que inflamar los nervios, (inflamación neuropática), se lesiona el nervio y el sistema nervioso reacciona con una señal de protección”.

 

Un hallazgo que no estaba en los planes

 

El descubrimiento de este vínculo inmunológico, cuenta Guzmán, surgió fortuitamente, mientras estaban estudiando otras patologías como la de ‘ojo seco’. “Habíamos hecho una lesión en un ojo (de ratón), y vimos que el otro ojo, que considerábamos sano, no estaba dando los resultados que esperábamos: algo raro que estaba sucediendo”.

 

Este resultado anormal, entonces, empezaron a estudiarlo desde la inmunología, donde se evalúa la respuesta del cuerpo a las sustancias extrañas -que se llaman antígenos-. “Estamos rodeado de esos antígenos -que el sistema inmune reconoce como extraño y puede atacar-, pero para la mayoría de las cosas necesitamos no reaccionar, cuando no representa un peligro para nosotros no debería activarse el sistema inmune, ahí es cuando ocurren las alergias: se activa el sistema inmune ante algo inocuo”, explica Galletti.

 

El antígeno que usaron para ver estas respuestas inmunológicas, fue la proteína del huevo -la ovoalbúmina- que es algo inocuo-. Colocando esta proteína en forma de gotitas a los ojos de los ratones, pudieron medir la respuesta, que puede ser protectora o proalérgica -de salud o de enfermedad-. “Ahí vimos que normalmente hace una respuesta protectora, pero si tenía el otro ojo lesionado, cuando entraba la ovoalbúmina por el ojo sano la respuesta era de alergia también”.