Salud México , Nuevo León, Jueves, 08 de octubre de 2009 a las 16:06

Descubren nuevas causas de la quimiorresistencia al tratamiento del cáncer

Luis Mario Villela Martínez, investigador del Centro de Innovación y Transferencia en Salud (CITES), lidera la investigación

ITM/DICYT El tratamiento para el cáncer con quimioterapia es una de los más comunes para disminuir o acabar con este padecimiento en los enfermos que lo tienen. Sin embargo, no siempre se reduce o se termina con las células cancerosas. En este sentido, el Tecnológico de Monterrey, a través de un grupo médico liderado por el doctor Luis Mario Villela Martínez, profesor investigador del Centro de Innovación y Transferencia en Salud (CITES), y adscrito a la Cátedra de Investigación en Hematología y Cáncer, han encontrado algunas de las causas por las que el tratamiento con quimioterapia no tiene éxito en algunos pacientes.

 

El término quimioterapia se reserva a los fármacos empleados en el tratamiento de las enfermedades neoplásicas que tienen como función el impedir la reproducción de las células cancerosas. Es usualmente una combinación de drogas que se administra vía intravenosa o a través de píldoras; se da en ciclos: un periodo de tiempo para el tratamiento, seguido por un periodo de recuperación, y luego otro tratamiento.

 

A través de la investigación titulada Evaluación de la quimiorresistencia inicial y recaídas tempranas en pacientes con linfomas agresivos asociada a células endoteliales progenitoras, se exploran los casos de pacientes con diagnóstico de linfoma difuso de células grandes B también llamadas quimiorresistentes o que no responden a las terapias tradicionales.

 

El doctor Villela explica que en México, el diagnóstico de linfoma difuso de células grandes B es el más frecuente de todos los subtipos de linfoma en general: corresponde a alrededor de un 45 por ciento de los pacientes con cáncer, esto es, cinco de cada 10. Esto convierte a la investigación que realizan en una de gran impacto para llegar a la amplia población de pacientes que no tiene beneficios con la quimioterapia y sobre todo, para revertir estos resultados.

 

El objetivo: curar y mantener la calidad de vida del enfermo con cáncer

 

La expresión de linfoma difuso se da en los ganglios del cuerpo con un crecimiento anormal. Procede el tratamiento con quimioterapia, pero en aproximadamente un 10 por ciento de los pacientes, no hay éxito. Por otro lado, en un 25 por ciento de los pacientes tratados que evolucionaron favorablemente, tienden a recaer porque la enfermedad regresa y generalmente de una forma más agresiva.

 

“Primer mensaje de este tipo de cáncer: aunque es tratable, hay un porcentaje que va a recaer o a progresar a pesar del tratamiento. Para este grupo en particular queremos trabajar y es lo que hace inédita esta investigación”, comentó el doctor Villela quien por este trabajo recibió el Premio Pfizer al mejor proyecto de investigación clínica en México este año.

 

Uno de los factores determinantes para los pacientes que son resistentes al tratamiento inicial es la respuesta al mismo. Esta observación fue realizada por el doctor Villela y quedó sentada en 2001 en la revista americana CANCER. Más tarde, en 2005, un grupo de médicos en Portugal difundió en la revista Hematológica un análisis de 13 pacientes con linfoma agresivo: los que tenían una elevación de células endoteliales presentaban un 40 por ciento de resistencia a la quimioterapia, cifra es muy alta.

 

Aunque la muestra era poco representativa, el porcentaje arrojado resultó de interés para el experto en linfomas del Tecnológico de Monterrey para ahondar en la investigación. “Esta investigación es original porque sólo existe ese reporte en la literatura mundial y lo que queremos es evaluar si realmente las células endoteliales se asocian a la quimioresistencia; además, si están compuestas de genes que la favorezcan. Esto sería un estupendo biomarcador de pronóstico y un blanco de nuevos tratamientos” afirma el científico.

 

“Queremos intentar predecir de un grupo de pacientes, cuáles van a recaer o a ser resistentes desde un inicio a la quimioterapia. Para ello necesitamos encontrar un biomarcador: la célula endotelial, que en las personas sanas recubren el interior de los vasos sanguíneos. A veces los tumores provocan o producen sustancias con el fin de lograr aumentar de tamaño al crear nuevos vasos y conductos que le aporten sangre y nutrientes. Este fenómeno se le conoce como neoangiogénesis, y es el que nos permitiría comprobar la hipótesis de que la célula endotelial se incrementa -antes de iniciar el tratamiento- con lo cual podríamos predecir aquellas que van a ser resistentes al tratamiento estándar que se iniciaría al paciente”, agregó.

 

El doctor Villela apunta que si las características genéticas de las células endoteliales son parecidas a las de células tumorales, podría confirmarse el hecho de que un tumor realmente está produciendo sus propias células endoteliales. Si el resultado es que los genes son diferentes, esto constataría que la procedencia de las células endoteliales es de la médula ósea y que no son producidas por el tumor.

 

De acuerdo al investigador, estos resultados derivarían en evitar aplicar en los enfermos un procedimiento rutinario que no le va a servir y, en cambio, darle otra opción como tratamiento. “Quizá no se va a curar pero el paciente tendrá una mejor calidad de vida. Actualmente el tratamiento en neoplasias hematológicas o sólidas no trata solamente de curar al paciente sino de ofrecerle una mejor calidad de vida; la idea es no sacrificarla por curarlo ya que estos tratamientos pueden dejar efectos secundarios importantes y derivar en una calidad de vida muy pobre”, apunta el doctor Villela.

 

Esfuerzo multidisciplinario

 

El grupo de la Cátedra de Investigación en Hematología y Cáncer trabaja estrechamente con el grupo de Biotecnología del Campus Monterrey, principalmente los equipos del doctor Sergio Serna y de la doctora Elsa Guajardo, quienes “se están encargando de obtener ciertas sustancias o extractos de planta que estamos probando primero a nivel muy básico, en líneas celulares de linfoma -no en el ser humano-; de resultar efectivas utilizaremos esos extractos para intentar ver si producen muerte en estas células endoteliales. De probar su asociación con la resistencia al tratamiento, permitiría finalmente romper dicha resistencia y que el procedimiento convencional hiciera efecto en el paciente”.

 

Es un trabajo complejo en el que intervienen varios grupos. “esto nos permite tener un proyecto grande encaminado en la misma línea y así utilizar mejor los fondos que tenemos para investigación. También llegar a una meta concreta en la que el objetivo es ofrecer una alternativa a la sociedad mexicana frente a tratamientos onerosos que solo un sector de la población tiene posibilidad de tomarlos”, detalló el doctor Villela.

 

Actualmente trabajan en esta investigación el químico Miguel Ángel Gutiérrez Monroy, como parte de su tesis de maestría en Ciencias con especialidad en Biotecnología; el doctor Sean Scott, miembro de la Cátedra, como asesor en la expresión génica; el Maestro en Ciencias Óscar Fajardo, y el Maestro en Ciencias y estudiante de doctorado en Biotecnología, Yocanxochitl Perfecto.

 

Adicionalmente ya se trabaja en un protocolo clínico en coordinación con el Instituto Mexicano del Seguro Social. “Tenemos muy buena relación con la Clínica 25 del Instituto IMSS, a través del doctor Severiano Baltazar, responsable de la Clínica de Linfoma; hemos contactado a colegas en el Distrito Federal y Chihuahua, y estamos reuniendo una serie de especialistas que van a apoyar con muestras”, finalizó.