Salud Colombia , Bogotá D.C., Miércoles, 22 de octubre de 2014 a las 11:10

Detectan exceso de yodo en niños de la Sabana de Bogotá

En el presente trabajo la media de ingesta de yodo fue de 401ug/L, lo cual concuerda y coincide con la población en riesgo de exceso

UN/DICYT Un estudio realizado en el municipio de Chía y en la localidad de Bosa, Bogotá, con estudiantes entre los 6 y 15 años demostró que hay exceso de yodo en los menores.

 

Según el profesor Roberto Franco, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional (UN) de Colombia, el único papel confirmado de esta sustancia en el cuerpo humano es el relacionado con la síntesis de hormonas tiroideas. No obstante, en exceso produce bocio, hipotiroidismo (baja producción de tiroides) o hipertiroidismo (alta producción de tiroides).

 

El estudio incluyó un total de 125 niños y niñas 47 correspondientes al municipio de Chía y 78 a la localidad de Bosa. A todos se les realizó antropometría, ecografía y toma de muestra de orina.

 

Hay que recordar que Colombia implementó la política de yodación universal de la sal y fue declarada en 1998 libre de los desórdenes por deficiencia de yodo.

 

Sin embargo, aunque el país ha sido relativamente exitoso con esta ley ha fallado, según explica el investigador, porque “no se trata solo de ordenar que se yodifique la sal, sino que hay que hacer vigilancia epidemiológica, recoger muestras para conocer si se está consumiendo la cantidad suficiente”.

 

Se considera una TSH (hormona estimulante de la tiroides) anormal con un valor por encima de 5 uUI/ml; así se encontró en la muestra 105 sujetos (84 %) con TSH menor a 5uUI/ml y 20 sujetos (16 %) con TSH mayor a 5uUI/ml.

 

Con respecto a la clasificación clínica del bocio, se evaluó según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aquí se identificaron 15 sujetos con la tiroides no palpable; 70 con la tiroides palpable, mayor a lo normal, pero no visible con la cabeza extendida; 35 con la tiroides palpable, visible con la cabeza extendida; y 8 sujetos con la tiroides palpable y visible cuando el cuello se encuentra en posición normal.

 

Hay que agregar que de acuerdo con esta clasificación de la OMS no se descubrió ninguna persona con tiroides grado 3, es decir, que además de palpable es visible a una distancia de 10 metros.

 

Es de anotar que se considera un nivel óptimo de concentración media urinaria de yodo (mcg/L) entre 100-199 y la ingesta correspondiente adecuada está entre 150-299 (mcg/L).

 

La ingestión diaria de yodo recomendada es 150 mcg para adultos, 200-290 mcg para mujeres embarazadas y en período de lactancia, 50 mcg en el primer año de vida, 90 mcg para edades de 1 a 6 años y 120 mcg para edades de 7 a 12 años.

 

Alrededor de 90 % del yodo ingerido es excretado en la orina. Por lo tanto, la ingesta de este elemento es frecuentemente definida por la concentración urinaria de yoduro en muestras de orina.

 

En el año 2005 Colombia se ubicó en el grupo de países en riesgo de exceso por la ingesta de yodo junto con Uruguay, Paraguay, Honduras y Brasil. En la media reportada para Colombia fue de 409ug/L.

 

En el presente estudio la media de ingesta de yodo fue de 401ug/L, lo cual concuerda y coincide con la población en riesgo de exceso.

 

De acuerdo con los criterios establecidos por la OMS, la concentración media urinaria normal de yodo debe estar entre 100-200 μg/L. Así pues el estudio demostró que solo el 9.3 % de los escolares estaban en este rango y el 5.3 % de la población se encuentra en rango de deficiencia.

 

Y aunque el trabajo evidencia un exceso en los niveles de yoduria, lo cual es un marcador indirecto de aumento de la ingesta de yodo, el docente resalta que un país como Colombia haya acogido en 1947 la Ley 44, por consiguiente se creó el antiguo Instituto Nacional de Nutrición como dependencia del Ministerio de Higiene, y desde entonces se hubiera determinado la yodación de la sal. En contraste, advierte que en países como Grecia o Italia, aún no se ha acogido a esta norma.

 

La iniciativa del país, en su concepto, ha evitado bajos niveles de yodo en la población colombiana, que conllevan a problemas como los retrasos metales severos o cretinismo (hipotiroidismo).

 

El profesor Franco se encuentra al frente del Centro de Investigaciones en Enfermedades Tiroideas de la U.N. y el estudio fue hecho junto con el estudiante de la Facultad de Medicina, Andrés Arturo Cuellar.