Alimentación México Monterrey, Nuevo León, Viernes, 03 de diciembre de 2010 a las 18:30

Diseñarán medicamentos con “ADN basura”

Luis Mario Rodríguez y sus compañeras investigadoras Adriana Espinoza y Laura Suárez se dieron a la tarea de explotar las posibilidades de estas moléculas de ADN sin utilidad aparente y darles un uso industrial

JST-Tec de Monterrey/DICYT La ciencia está demostrando que nada hay en la naturaleza que deba ser desestimado y desechado. Ni siquiera las moléculas de ADN que no generan proteína y que, como tal, son denominadas "ADN basura". El reto de explotar las posibilidades de estas moléculas sin utilidad aparente lo toma Luis Mario Rodríguez Martínez, alumno del Doctorado en Ciencias de Ingeniería, al proponer y liderar la Célula de Incubación "Bio Recombine".

 

"Nuestro objetivo es diseñar proteínas recombinantes o biomoléculas a nivel de ingeniería genética y recuperarlas en grandes volúmenes, para atender al sector biofármaco desarrollando medicamentos y vacunas, y al sector alimenticio diseñando enzimas que le presten algún valor añadido a los alimentos. Queremos generar una industria que no existe, a partir del desarrollo de plataformas tecnológicas integrales", afirmó el maestro en ciencias Luis Mario Rodríguez, miembro de la Cátedra de Investigación en Biofármacos.

 

La proteína a la industria

 

El doctorando explicó que las proteínas se encuentran de manera natural y obligada en todos los seres vivos, pues son herramientas elementales para la vida e imprescindibles para el crecimiento del organismo. Las proteínas tienen sus planos dentro de la estructura del ADN; sin embargo, dentro de las células existen secuencias de ADN no contienen instrucciones para codificar proteínas, y por lo tanto, parecen no tener función, por eso se le denomina "ADN basura".

 

"Estas secuencias de ADN intervienen directamente en los mecanismos de regulación de la expresión génica, por citar una de sus funciones, y actualmente la ingeniería genética se vale de ellas para optimizar los procesos de expresión de proteínas recombinantes. El principio de diseñar una proteína recombinante radica en cortar y pegar (cut-paste) de un organismo a otro secuencias de ADN que sí codifiquen para proteínas de interés y con ello producirlas de manera biosintética en diferentes escalas, que puede ser desde un pequeño tubo en un laboratorio, a reactores de varios litros a nivel industrial", expresó.

 

Cada molécula, aunque comparte y se rige bajo los mismos principios biológicos, requiere un diseño particular y una evaluación experimental del proceso, debido a que no existen patrones absolutos que permiten obtener una única estrategia sin posibilidad de error.

 

"En general cada nueva biomolécula que nos propongamos diseñar con miras al desarrollo de vacunas, enzimas con aplicaciones industriales y de investigación, o en general cualquier proteína de interés, debe pasar por dicho proceso", añadió.

 

Actualmente, dijo, ya existen ejemplos puntuales de biomoléculas. En abril de 2009, el doctor Mario Álvarez, titular de la Cátedra de Investigación en Biofármacos, y asesor de esta célula de incubación, abordó la problemática del brote infeccioso de AH1N1 desarrollando una vacuna experimental cuyo principio activo es el mismo: diseñar una proteína recombinante.

 

"Este tipo de vacunas tienen las ventajas del bajo costo, la posibilidad de diseñar vacunas que atiendan a una gran variedad de cepas, y la rapidez para producirse con respecto a otros modelos tradicionales", comentó.

 

Equipo multidisciplinario

 

Las células de incubación del Campus Monterrey buscan alentar la actividad científica e impulsar la creación de empresas de base tecnológica. Se trata de un proceso inverso al tradicional, ya que comenzarán con la identificación de una necesidad del mercado.

 

Esta célula de incubación está integrada por un grupo multidisciplinario en el que participan alumnos de pregrado, de posgrado, y de posdoctorado, tales como Daniela Alejandra Quintanilla Hernández, Natalia Chaveznava Montalvo, Sergio Alfonso Galaz Segura, Ana Isabel Navarrete Pérez, Alejandra Garza Cantú, Rocío Alejandra Chávez Santoscoy, y la doctora Mary Rocha.

 

Para Luis Mario Rodríguez, liderar esta célula de incubación es "una excelente oportunidad para que los futuros investigadores de México adquieran las herramientas necesarias y, con el tiempo, podamos tomar un rol de liderazgo dentro de la consolidación científica y tecnológica que nuestro país tanto necesita".