Salud España , Salamanca, Lunes, 30 de noviembre de 2009 a las 15:11

El consumo de tabaco y la dificultad para dejarlo están relacionados con los genes

Científicos de Salamanca investigan variaciones genéticas que condicionen la relación de personas y tabaco

JPA/DICYT Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Clínico Universitario colaboran en una investigación que intenta relacionar variaciones genéticas y tabaquismo. Los expertos consideran que la mayor predisposición de algunas personas en el inicio al consumo de tabaco, así como el diferente grado de dificultad a la hora de dejar de fumar, podrían tener una explicación genética. En concreto, estudian variaciones en los genes que regulan los receptores colinérgicos de la nicotina, la sustancia que crea adicción.

 

“Estamos estudiando qué relación puede haber entre esos genes y el inicio al consumo, así como la mayor o menor dificultad para dejar de fumar de las personas que vienen a la consulta”, explica a DiCYT Miguel Barrueco, jefe de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Universitario de Salamanca, que lidera la investigación junto con Rogelio González Sarmiento, catedrático en Medicina Molecular. La teoría es que las personas que tienen determinados polimorfismos en algunos genes tienden a un mayor fracaso a la hora de dejar de fumar.

 

Un polimorfismo hace referencia a las diferentes formas que pueden tener un gen, es decir, variaciones en la secuencia del ADN. Después de tres años de trabajo, a pesar de que la investigación “aún está en una fase incipiente”, los científicos creen que existen esos polimorfismos en los receptores de la nicotina del cerebro, de manera que están “viendo en qué medida condicionan que una persona fume en mayor o menor cantidad o que tenga más o menos dificultades para dejarlo”.

 

Diferentes grupos

 

En la investigación se incluyen voluntarios sanos no fumadores, “personas que nunca hayan fumado ni un solo cigarrillo en la vida” que sirvan de grupo de control. “Las comparamos con los pacientes que acuden a la consulta de forma habitual y tratamos de ver si hay diferencias genéticas. Hoy por hoy, parece que es así, en el sentido de que esas variaciones están más presentes en los fumadores que en los que no lo son”, declara el experto.

 

Un aspecto del estudio aún más incipiente es analizar las diferencias entre los fumadores que logran dejar el hábito y aquellos que fracasan en el intento, lo cual puede ofrecer valiosa información a los científicos que estudian la adicción.

 

En la actualidad, ya hay unos 250 no fumadores y unos 350 fumadores analizados. Sin embargo, para que el estudio pueda tener validez, “sería necesario tener unos 600 en cada uno de los grupos y, aún así aspiramos a más”, indican.

 

Influyente, pero no determinante 
 
A pesar de todo, los autores del estudio relativizan el peso de los genes en el tabaquismo. “No queremos decir que una persona que tenga un polimorfismo en un gen absoluta y necesariamente vaya a ser fumador, esto no es así, porque hay influencias sociales y psicológicas, la vida es muy compleja”, apunta Barrueco. Sin embargo, “todas esas circunstancias influyen también sobre las demás personas y, si observamos que los fumadores a los que les cuesta más dejar el tabaco tienen esas variaciones genéticas, está claro que los genes tienen influencia”. Así que la pregunta sería qué porcentaje de influencia tienen. Investigaciones publicadas acerca de otros genes distintos a los que ocupan esta investigación sitúan esa cifra entre el 30 y el 60 por ciento.