Salud España , Alicante, Viernes, 04 de mayo de 2012 a las 10:41

El crecimiento coordinado entre tejidos y órganos depende de una hormona

Lahormona DILP8 es responsable de mantener la proporción corporal y la simetría,y de fijar la madurez sexual

CSIC/DICYT Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto la hormona que coordina el crecimiento de los tejidos y los órganos en la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster). El hallazgo ha sido publicado hoy en la revista Science y podría contribuir al tratamiento de enfermedades como el cáncer.

Según el estudio, la hormona Drosophila Insuline-Like Peptide 8 (DILP8) es secretada por los tejidos periféricos durante el proceso que adapta el desarrollo corporal y el crecimiento coordinado entre órganos y tejidos. De la misma forma, esta hormona también es secretada como respuesta frente a tejidos dañados, ya que inhibe la producción de hormonas como la Ecdisona, lo que retrasa la madurez sexual hasta que el proceso de crecimiento ha concluido con éxito.

La investigadora del Instituto de Neurociencias (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche) María Domínguez, que ha dirigido el estudio, explica: “Todos los organismos, incluido el hombre, coordinan de forma misteriosa el crecimiento de los distintos órganos y partes del cuerpo, manteniendo la proporción entre ellos y una casi perfecta simetría bilateral”. Según Domínguez, “hasta el momento, no se había descubierto ninguna señal que controlara este proceso, pero su precisión sugería la existencia de alguna forma de comunicación entre ellos”.

DILP8 se ha revelado como la responsable de este elevado nivel de coordinación. Los experimentos llevados a cado por el equipo de Domínguez indican que un déficit de DILP8 genera ejemplares de drosophila asimétricos, desproporcionados y con una mayor variabilidad en su tamaño y en su edad de maduración sexual.

Además, la hormona también se produce a niveles elevados en zonas que sufren procesos de regeneración y de cáncer. Por ello, Domínguez considera que el descubrimiento podría ser una “herramienta para comprender, diagnosticar y tratar esta dolencia”. De la misma forma, el hallazgo también contribuirá a entender “la relación entre obesidad, estatura y pubertad”, concluye la investigadora del CSIC.