Salud Colombia , Cundinamarca, Jueves, 13 de mayo de 2010 a las 12:06

El flúor en exceso es más nocivo que la caries

Investigadores colombianos comprueban que el total de los niños del municipio de Agua de Dios sufren de intoxicación crónica por flúor

UN/DICYT Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UN) hallaron que, en el municipio de Agua de Dios (Cundinamarca), el cien por cien de los niños sufren de intoxicación crónica por flúor, conocida como fluorosis. En Colombia, donde el 11 por ciento de la ciudadanía se ve afectada por este problema, existen alrededor de diez poblaciones de diferentes regiones del país donde las concentraciones de flúor son muy altas. En la lista aparecen Rivera (Huila), Tocaima y Nilo (Cundinamarca), parte del Chocó y algunas poblaciones antioqueñas.


La curiosidad de la estudiante de la Facultad de Odontología de la UN Carolina Gómez, quien visitaba con frecuencia la población de Agua de Dios (Cundinamarca), la llevó a indagar sobre algunas manchas que se veían en los dientes de habitantes del municipio. De la mano de la odontóloga Martha Calle y su compañera de investigación Liliana Patiño, lograron un diagnóstico más certero.


“Desde el comienzo nos dimos cuenta que casi todos los niños que aleatoriamente abordábamos en la calle para mirar sus dientes tenían manchas, en unos casos blancas y en otros pardas”, recuerda Calle, odontóloga y docente de la UN.


Iniciaron un estudio de morbilidad oral en la población escolar del municipio con asesoría de una epidemióloga, y efectivamente los resultados arrojaron que el 100% de los niños examinados (124 estudiantes entre los 7 y 14 años, de todas las escuelas rurales y urbanas) tenía manchas.


“En ese momento no nos atrevimos a decir que se trataba de fluorosis porque no se habían hecho análisis de agua, simplemente queríamos hacer un censo epidemiológico que nos permitiera evidenciar cuál era la magnitud del problema”, expresa la odontóloga.


Luego se elaboró otro proyecto con participación del profesor Édgar Delgado, docente del Departamento de Química de la UN. Se tomaron muestras de agua y de dientes manchados donados por pacientes del Centro de Salud de Agua de Dios, extraídos por razones terapéuticas.


“Pudimos analizarlos y comprobar que efectivamente los habitantes del municipio padecían de fluorosis. Entender el porqué de los resultados de nuestra investigación nos llevó varios días de convivencia con la población”, relata la profesora Calle.


La gente de este municipio consume aguas de un afluente llamado Los Chorros. “Estas son aguas azufradas y su contenido natural de flúor es de 1 ppm (partes por millón). Sin embargo, los exámenes realizados a los niños mostraban otra cifra: el flúor presente en muestras de orina era superior, en muchos casos, a 5 ppm.
 

 

“Todas las comidas como sopa, arroz, pan, refrescos, etc., tienen como base para su preparación el agua, que también se emplea para beber. Aunque ésta se hierva, el flúor no se evapora sino que se concentra”, explica el químico Delgado.


Los investigadores hallaron flúor acumulado en la orina de los niños. Sumando la sopa, el arroz, la aguadepanela y los refrescos, se explica por qué los niveles de flúor en orina resultaban tan altos.


Batalla mundial para controlar el flúor


Para el profesor Delgado, lo que está fallando es la forma indiscriminada en la que se está administrando.
 

 

“El manejo de esta sustancia debe ser igual al de cualquier medicamento. Por ejemplo, cuando usted va al médico no le recetan un antibiótico en la sala de espera para que se lo vaya tomando mientras llega el médico. Primero el profesional debe mirar si usted lo necesita. Hoy en día los odontólogos, en particular los de los niños, lo primero que hacen es tomar un isopo y mojarlo en una solución fluorada en concentraciones altas de 10 ppm y lo pasan por todos los dientes, sin siquiera averiguar si ese paciente realmente necesita flúor”, argumenta el investigador.


Por eso critica de manera tajante que se adicione flúor al agua y a otros productos, y asegura que, conscientes de estos excesos, los países de la Unión Europea ya prohibieron el agua con flúor.


La intoxicación por esta sustancia no se trata solo de un problema estético sino también mecánico, porque cuando está avanzada va quitando pedazos de los dientes.