Ciencia España , Salamanca, Lunes, 10 de julio de 2006 a las 17:40

El geólogo salmantino Gabriel Gutiérrez completará su estudio sobre los continentes en Canadá y Escocia

La recogida de muestras, le permitirán completar sus estudios sobre la evolución de los continentes

Ana Victoria Pérez/Beatriz González/DICYT El geólogo de la Universidad de Salamanca Gabriel Gutiérrez partirá el próximo mes de septiembre hacia diversdas localizaciones de Canadá y Escocia, con el objetivo de recoger muestras que le permitan continuar avanzando en las investigaciones sobre evolución geológica de los continentes que lleva a cabo desde hace varios años. El trabajo desarrollado hasta la fecha le ha permitido constatar, entre otras cosas, que hace unos 600 millones de años la Península Ibérica se encontraba más cerca de Colombia que de Marruecos.

 

El estudio del origen de una serie de rocas en el paraje asturiano situado entre los concejos de Belmonte y Tineo ha avalado esta conclusión, aunque según el propio investigador, "rocas de la misma edad y origen equivalente se pueden observar en la zona de la Peña de Francia de la provincia de Salamanca".

 

La formación de los actuales continentes es fruto de una larga evolución de la que no se conocen aún todos los detalles. Las teorías parten de la existencia, hace unos 600 millones de años, de una gran masa terrestre, conocida como Gondwana, situada al Sur del globo terráqueo y que englobaba Sudamérica, la Antártida, Australia, la India y una parte de África. En el Norte de esta gran masa se encontraba lo que hoy conforma el noroeste de la Península Ibérica, colindando con lo que en la actualidad es el Norte de Sudamérica, por lo que los territorios donde se asientan lugares como Colombia o México estaban más cerca de la actual España que el propio Marruecos.

 

Esta gran masa terrestre se fue desgajando para formar los continentes y, en su deriva, ha ido dejando huellas que son las que el investigador trata de rastrear para conocer cómo han sido los movimientos. Así, se buscan coincidencias en la composición primigenia de las rocas para establecer relaciones entre otros fragmentos geológicos o formaciones montañosas de diferentes lugares del mundo. En el caso del estudio realizado por Gutiérrez se han rastreado las relaciones de isótopos de uranio y plomo de un mineral conocido como circón, que coinciden tanto en las rocas de la Península Ibérica como en zonas de Sudamérica.

 

Isótopos

 

El estudio de estos isótopos permite conocer la edad en que se formaron esas rocas por primera vez, con lo que se puede deducir el origen primero de esa zona de la Tierra. Sin embargo, no se han hallado restos de circones con las mismas relaciones isotópicas en las montañas del Norte de África, “por lo que lo más lógico es pensar que hay relación entre las formaciones del noroeste de Iberia y las de Sudamérica".

 

"Descubrimos -explica Gutiérrez- que casi todos los minerales que se habían depositado hace 600 millones de años en las rocas del noroeste de Iberia no tenían isotopos de la misma edad que los del Norte de África o Europa”, por lo que la conclusión es que no podían tener el mismo origen: “Por eso pensamos que las rocas de las que se erosionaron son las que están en Sudamérica”.

 

La evolución que corrobora el trabajo se produjo entre 540 y 430 millones de años atrás. En este periodo había un gran continente llamado Avalonia (que incluye el Oeste de Canadá, parte de Gran Bretaña y parte del Norte de Europa), que se iba deslizando bordeando Gondwana y se colocó al norte de África, luego se rompió y el océano que había al Norte, Iapetus, se comenzó a cerrar, abriéndose uno nuevo que es el que se conoce como Reico, que estaría situado también al Norte de lo que era Gondwana. El Noroeste de Iberia permaneció durante todo este tiempo unido a este continente.

 

Al estudiar las montañas localizadas en el Norte de España, se aprecia como hace 300 millones de años se produjo un nuevo movimiento que implicó que el Reico se volviera a cerrar y que Avalonia chocara violentamente con Gondwana, lo que dio lugar a la formación de pliegues, que formaron el sinclinal asturiano objeto de estudio por parte de Gabriel Gutiérrez.


La técnica empleada por el grupo de investigadores está basada en la ablación láser, que consiste en disparar con un láser a los circones, de modo que se volatilizan pequeñas fracciones de los mismos. El resultado de esta acción es lo que se analiza mediante espectroscopia de masas, para ver la relación de los isótopos de uranio y de plomo, ya que son elementos radioactivos que van cambiando su relación isotópica en función del tiempo transcurrido desde su formación, lo que permite datarlos con cierta exactitud.


 

Cada vez más cerca de África
Gabriel Gutiérrez explica que la Tierra está compuesta en la actualidad por siete grandes placas y otras más pequeñas que cambian de forma y tamaño constantemente, y constituye una especie de puzzle de piezas irregulares que flotan en el exterior de una esfera pecera, pero que están abocadas a encajar siempre. Esto hace que los movimientos continúen produciéndose de manera continua y, de este modo, se puede asegurar que África cada vez está más cerca de España, y no se descarta que en algún momento lleguen a unirse. De igual modo, las montañas no están completamente quietas como puede parecer, sino que sufren movimientos continuos fruto de las fuerzas que actúan sobre las placas. Un ejemplo de ello es lo que está ocurriendo en Indonesia con el volcán Merapi, que ha crecido 100 metros desde que comenzara su erupción a principios de mayo.