Salud España , León, Jueves, 24 de junio de 2010 a las 18:44

El Ibiomed consigue avances en el tratamiento de los desórdenes gastrointestinales asociados al párkinson

La combinación de semillas de llantén indio con levodopa produce modificaciones beneficiosas en la administración del fármaco

AMR/DICYT Un grupo de farmacocinetistas del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) ha demostrado que la administración de un tipo de fibra procedente de una planta denominada llantén indio es beneficioso para la absorción de un fármaco empleado en el tratamiento del párkinson. Estas modificaciones son mayores en situación de estreñimiento, un desorden gastrointestinal que padece entre el 60 y el 80% de los pacientes de esta enfermedad neurodegenerativa y que restringe aún más su calidad de vida.

 

"Los enfermos de párkinson tienen con frecuencia una serie de síntomas añadidos a los de la propia enfermedad que aparecen con la edad o como consecuencia de la medicación antiparkinsioniana, como son las náuseas, el estreñimiento o problemas motores más graves a largo plazo", explica a DiCYT la coordinadora del estudio, Matilde Sierra. La levodopa es el fármaco elegido en la mayoría de los tratamientos y con su administración se consigue una mejoría muy importante de todos los síntomas de la enfermedad, pero también desarrolla complicaciones motoras después de varios años de tratamiento. Entre estos síntomas añadidos está el estreñimiento.

 

El equipo científico del área de Farmacología del Departamento de Ciencias Biomédicas comenzó una línea de investigación hace nueve años en la que planteaba el uso conjunto del fármaco con cutículas de semillas de llantén indio o ispágula (Plantago ovata). Estos productos poseen una fibra hidrosoluble que regula el tránsito intestinal, es fácil de tomar y generalmente sienta bien. El único problema que se planteaba es que las semillas de llantén indio interactuaran con las capacidades farmacocinéticas de la levodopa, lo que ponía en riesgo la estabilidad del paciente.

 

Tres estudios

 

En un estudio inicial, se planteó el estudio de la interacción entre la fibra y la levodopa, sola y asociada a otro fármaco que permite que se degrade en el intestino, la carbidopa. Después de dos estudios en los que se midieron diferentes efectos y variables, los investigadores concluyeron que la administración de la fibra producía unas modificaciones en la farmacocinética de la levodopa que pueden mejorar su aplicación terapéutica, al proporcionar menores efectos adversos y un mayor efecto prolongado.

 

En un tercer estudio, publicado recientemente en Autonomic Neuroscience, se incluyó un tercer fármaco, un anticolinérgico (empleado en reducir el peristaltismo intestinal y de reproducir el estado de estreñimiento). En este caso también se confirmaron las modificaciones beneficiosas para la administración de la levodopa y la reducción de los desórdenes gastrointestinales.

 

El trabajo de investigación se inició en conejos. En estos modelos animales, los científicos observaron las modificaciones de la farmacocinética de la levodopa con las dosis equivalentes empleadas en seres humanos. En los sucesivos ensayos, la respuesta a la combinación era más estable conforme aumentaba la dosis (400 miligramos) como si permanecía en el tiempo (14 días de tratamiento experimental). El trabajo, posteriormente, se trasladó a un ensayo clínico con pacientes con párkinson inicial.

 

La levodopa es el fármaco generalizado en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, el Alzhéimer y otros males neurodegenerativos y actúa sobre el sistema nervioso central. El llantén indio o ispágula posee en las cáscaras de la semilla (la gluma) fibra soluble. Esta planta ha sido muy estudiada en el ámbito científico porque regula el tránsito intestinal y disminuye los niveles de glucosa en diabéticos o el colesterol. Las fibras además son capaces de modular los procesos de absorción de los fármacos, lo que modifica la acción del medicamento.