Salud México , México, Lunes, 24 de mayo de 2010 a las 17:48

El Instituto de Investigaciones Biomédicas descubre un nuevo uso de fármaco para combatir la triquinelosis

Se trata del tamoxifeno, antes usado en el tratamiento de cáncer

UNAM/DICYT Científicos universitarios, encabezados por Jorge Morales Montor, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), descubrieron que el fármaco denominado tamoxifeno –bloquea los efectos de la hormona de estrógeno en el cuerpo y se usó en clínica de cáncer estrógeno dependiente, como el de mama– no sólo inhibe, sino que puede matar al parásito Trichinella spiralis, que es capaz de infectar a cualquier mamífero, y representa un problema de salud veterinaria por su afectación al ganado porcino y vacuno.


La triquinelosis también puede dañar la salud humana. En México existen áreas endémicas para la proliferación de la enfermedad, como las zonas rurales; igualmente, es frecuente en regiones asiáticas, donde se consume mucho cerdo. Asimismo, en Europa se considera un padecimiento emergente por el consumo de carne de caballo; es aún más común que la cisticercosis, dijo el científico.


El grupo de Morales Montor encontró que, in vitro, el tamoxifeno tiene un efecto inhibitorio sobre la triquinelosis. “En otras infecciones, como teniosis, también funciona, pero en menor grado. Es interesante, porque parece que depende de la fisiología del propio parásito”.


El hallazgo es importante, consideró, porque se tiene al alcance un fármaco del que se conoce todo: dosis, efectos colaterales y cómo se elimina; es un producto potencialmente utilizable, por lo que está en proceso la patente, no del medicamento, sino de su nuevo uso.


Por su interés, la investigación “Efectos de los esteroides sexuales y análogos hormonales en el desarrollo y diferenciación del parásito Trichinella spiralis. Nuevos usos a viejos fármacos en enfermedades parasitarias de importancia veterinaria”, fue reconocida recientemente con el Premio Canifarma Veterinaria 2009 Dr. Alfredo Téllez Girón Rode, en Investigación Básica.


El universitario explicó que la mayoría de animales enfermos por ese parásito se registra en comunidades rurales, y el consumo de su carne representa un riesgo, por ser fuente de infección en humanos. Trichinella es un gusano dimórfico, es decir, hay tanto machos cómo hembras; es un parásito intestinal que produce, en su estadio adulto, una larva que migra e invade diferentes tejidos, y puede llegar a pulmones y vísceras; es debilitante, y en una carga grande puede ser mortal, alertó.


Los diferentes estadios larvarios se desarrollan dentro del hospedero definitivo. Las larvas que se liberan en el primer tercio del intestino del puerco, caballo o humano, son las efectivas para producir la enfermedad. “Nos interesa que el parásito no pase de la mucosa intestinal, de lo contrario desarrolla su ciclo de vida; si se detiene a tiempo, se puede inhibir, interrumpir su desarrollo y erradicarse”, señaló.

 

Métodos tradicionales


Existen métodos de control bien establecidos, uno de ellos es el tratamiento con albendazol. Sin embargo, el parásito comienza a registrar resistencia al fármaco, así como síntomas colaterales en grupos susceptibles. De ahí la importancia de encontrar nuevos métodos de control, como éste, cuya investigación ha sido financiada por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM, el Conacyt y la Fundación Miguel Alemán.


Morales Montor refirió que los machos son más propensos que las hembras. Por ello, comenzaron a estudiar el papel de los esteroides sexuales en la triquinelosis, y han podido demostrar que, en el contexto fisiológico, la enfermedad depende de ellos.


“Si se coloca al gusano en concentraciones de esteroides sexuales, que son las que circulan normalmente en los dos sexos, existe un efecto muy claro”. Los andrógenos parecen favorecer la muda y la diferenciación del parásito, que madura con mayor rapidez y se vuelve ‘efectivo’ antes; ésta es una de las razones para que los machos sean más susceptibles.


En contraste, las hormonas femeninas retardan ese crecimiento. Con esas bases se descubrió el nuevo uso para algunas “anti-hormonas”, fármacos que ya están en el mercado y tienen diversos usos en la medicina humana.


Luego de obtener resultados positivos in vitro, y estar en la fase de probarlos in vivo, se ampliará el estudio en un proyecto de colaboración con científicos de Francia. La meta es, una vez encontrada la estructura a la que se une el tamoxifeno en el parásito, hacer modelaje y un medicamento específico, que no tenga efectos secundarios y dañe sólo al parásito.


El nuevo tratamiento podría aplicarse primero a las poblaciones abiertas de cerdos; su uso sería seguro porque el tiempo de eliminación del fármaco es corto, y no llegaría a los humanos, en caso se ingerir la carne, aseguró.


Contra el cáncer, el tamoxifeno se administra en forma de pastillas, inyección o parche, de acuerdo a necesidades y costo. En el ganado, el modo de aplicación tendría que evaluarse y determinar sus efectos.
Para la industria sería un producto que llegue al mercado, sobre todo de mascotas, o que las autoridades lo adquieran para su aplicación en animales de zonas rurales, donde no hay adecuado control sanitario. Aunque en este caso lo más difícil sería la logística para su uso en áreas alejadas o de difícil acceso, finalizó Morales Montor.