El Laboratorio Virtual de Tecnología Alimentaria de la Universidad de Salamanca retomará su actividad en octubre

AVPR/DICYT El Laboratorio Virtual de Tecnología Alimentaria de la Universidad de Salamanca, que coordina el catedrático de Microbiología Andrés Chordi, retomará su actividad docente el próximo mes de octubre. La iniciativa permite a los alumnos entrar en contacto con unos 50 métodos diferentes aplicables al análisis de alimentos, así como adquirir conocimientos generales sobre la ecología de los microorganismos alterantes y patógenos asociados a cada tipo de alimento, así como las principales infecciones e intoxicaciones que se derivan de su consumo.

El Laboratorio Virtual de Tecnología Alimentaria, en cuya planificación y actualización también toman parte las profesoras de la Universidad de Salamanca Teresa Rivas Palá y Carmen Tejedor Gil, expertas en la aplicación de técnicas de análisis alimentarios en industrias cárnicas de Castilla y León y en el análisis microbiológico del agua, respectivamente, alcanzará el próximo curso académico su séptima edición. Las 140 horas lectivas del programa se dividirán en contenidos teóricos y un amplio espectro de casos prácticos que el alumno deberá resolver a través de la plataforma web que sustenta el desarrollo del curso. Según sus organizadores el objetivo último que se persigue a través de la simulación de casos reales es que el estudiante sea capaz de elegir el método de análisis adecuado según el tipo de muestra y objeto de estudio, así como de localizar e interpretar la legislación vigente sobre normas microbiológicas para cada tipo de alimento y, por último, interpretar los resultados obtenidos en el laboratorio para elaborar un informe en el que se justifiquen las actuaciones recomendadas en función de los datos mencionados anteriormente.

Para facilitar la tarea de los futuros microbiólogos la dificultad de los ejercicios varía desde los más sencillos de recuento (utilizando fotografías) hasta ejercicios complejos de análisis microbiológico completo de distintos alimentos. Todas estas actividades son interactivas y se basan en la interpretación de imágenes de laboratorio como fotos de colonias de microorganismos, de pruebas bioquímicas, de reacciones serológicas, etc.