El Museo de la Ciencia estrena su primera producción del planetario para niños de tres años

BGA/DICYT El Museo de la Ciencia estrena su primera producción audiovisual, destinada a niños desde tres años de edad, bajo el título La Boutique Fantasque, donde cuenta la historia de Zacarías, personaje que tiene una juguetería en la Luna con los juguetes que se utilizaban en el siglo XX en la Tierra, un planeta ya desaparecido.

Se trata de una producción basada en un cuento de Carmen Santonja, componente del mítico grupo Vainica doble, que fue escrito hace años y cuyos derechos han sido cedidos por la editorial AgrupArte para la elaboración del audiovisual.

Para la realización se ha contado con la colaboración de Caja España, que ha financiado la producción. El cuento ha sido ilustrado por Juan Carlos Eguillor y la música, adaptada por Rossini Respighi, está interpretada por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, bajo la batuta de Adrian Leaper. El narrador es Fernando Palacios.

El cuento comienza con la presentación de Zacarías, el juguetero de la Luna, que tras mostrar algunos artilugios utilizados en la Tierra en el siglo XX, comienza un viaje estelar por todo el Sistema Solar, contando el nombre de los planetas y el orden en que se encuentran.

Según ha indicado a DICYT el responsable de la producción, Luis Fernández Sanjuán, “tratamos de que los niños salgan de la sala conociendo, al menos, el nombre de los planetas y su orden” y para ello se han esmerado en el trabajo audiovisual.

La duración de la producción es de 37 minutos, frente a los 45 que suelen durar las sesiones habituales del planetario, pero han tenido en cuenta al público al que va dirigido y lo han reducido para hacerlo más ameno. Los pases del cuento serán en horario de tarde a partir de mañana, y variarán para adaptarse a las visitas de los más pequeños y a sus horarios.

Un último apunte que comentó Luis Fernández es que la producción incluye en sus dibujos los últimos descubrimientos acaecidos en el sistema solar, como es el caso del planeta Zedna, aunque no se mencionan en la narración, para no perder fidelidad con el cuento original.