Ciencia España , Valladolid, Jueves, 01 de julio de 2004 a las 19:36

El nuevo edificio de laboratorios de Química albergará al 70% de los investigadores de la Facultad de Ciencias

Entrará en funcionamiento en otoño, y permitirá el trabajo conjunto de los investigadores de las cuatro especialidades

BGA/DICYT El nuevo edificio de laboratorios de química fina y medioambiental (denominado Quifina) de la Universidad de Valladolid estará funcionando en otoño, según anunció hoy el rector, Jesús María Sanz Serna, durante una visita al mismo, realizada para dar a conocer las instalaciones ya están terminadas y en las que sólo falta amueblar con el instrumental adecuado. El Quifina albergará al 70% de los químicos de la Facultad de Ciencias, por lo que se esperan importantes sinergias entre equipos de investigación de las cuatro especialidades.

Según ha señalado Sanz de la Serna, este edificio será completado en los próximos años con la instalación en sus alrededores de la nueva Facultad de Ciencias, el edificio que albergará el IOBA y una biblioteca con todos los fondos sobre Ciencia y Tecnología de que dispone la universidad. Esto supondrá, según indicó “la creación de una dimensión de trabajo de Ciencia y Tecnología que permitirá muchas más actividades conjuntas y el establecimiento de sinergias”.

Durante la presentación del edificio, el profesor Pablo Espinet indicó que el edificio podrá albergar alrededor del 70% de la plantilla de químicos de la Facultad de Ciencias, y añadió que las nuevas instalaciones permitirán la ubicación en el mismo lugar de las cuatro especialidades químicas (Física, Inorgánica, Orgánica y Analítica), lo que servirá para que “nos podamos poner de acuerdo y establecer siergias en nuestras actividades que permitan que este edificio sea un emblema dentro del campo de la Química”.

Según Espinet, a partir de octubre podrán realizar investigaciones conjuntas, y resaltó que aunque hay líneas de trabajo de partida definidas “se espera que sea un compendio con más interacción entre sí, atendiendo a problemas que son interdisciplinares y que la capacidad de un grupo solo no puede abordar”.

En este sentido, explicó que la Química Fina es el término que se emplea para designar un producto al que se le reconoce como de alto valor añadido. Un ejemplo es la síntesis de medicamentos, que se realiza a partir de moléculas de menor valor que, una vez elaboradas, se convierten en productos más valiosos.

Espinet quiso resaltar que la Química no es algo ajeno a nuestra vida diaria, y apuntó que cualquier medicamento que se toma se puede considerar quimioterapia, puesto que es un compuesto químico. En este sentido, señaló que las dos grandes líneas de trabajo que se abordarán en el edificio serán el desarrollo de método de síntesis de productos de alto valor añadido, ya que esta rama de la Química produce dinero y contamina, pero también se realizarán estudios de problemas medioambientales que afecten al campo de la Química.

Para ello, se realizarán tres grandes tipos de investigaciones, según recalcó, ya que “se partirá de la investigación fundamental y se realizará también tareas de apoyo a empresas de la comunidad, todo ello sin olvidar la formación”, añadió.

 

Sin agotar todo el presupuesto
El Quifina fue presupuestado en 3.706.120 euros, de los que sólo se ha gastado finalmente 3.597.492 euros, lo que supone que se ha ahorrado un 3% del dinero.

El dinero ha sido aportado, en un 70% por Fondos FEDER que, según ha resaltado el rector, “se han conseguido gracias al excelente currículum de los investigadores”, ya que se trata de unos fondos europeos a los que se opta, de manera competitiva, y que son entregados a través de Ministerio de Ciencia y Tecnología. El 30% restante ha sido aportado por los fondos propios de la universidad. Ahora se espera que el Ministerio de Educación aporte también una parte para dotar al lugar del instrumental necesario.

El edificio Quifina tiene una superficie construida de 5.610 metros cuadrados, distribuidos en planta semisótano, baja, primera, segunda y cubierta. En cada una de ellas hay ubicados los diferentes departamentos y laboratorios, además de los instrumentos de mantenimiento de un edificio de estas características.

Las instalaciones disponen tomas de gases especiales como aire comprimido y/o vacío por efecto Venturi con equipo central de producción, nitrógeno, helio, aire sintético, argón-metano, anhídrido carbónico e hidrógeno.

Las obras han estado dirigidas por el arquitecto de la Universidad, Francisco Valbuena, a quién todos aplaudieron al terminar la visita por el gran esfuerzo realizado y el resultado positivo de la obra.