Ciencias Sociales España , Burgos, Jueves, 09 de septiembre de 2004 a las 13:44

El premio Nobel de Química Dudley Herschbach elogió el desarrollo científico de la Universidad de Burgos en sus 10 años

El estadounidense clausuró el encuentro internacional FRIST 2004

Sergio Corral/DICYT El premio Nobel de Química en 1986, Dudley Herschbach, impartió ayer en la Universidad de Burgos una conferencia sobre el modelo pendular de interacciones entre enzimas y el ácido desoxirribonucleico (ADN), que sirvió para clausurar el congreso internacional de química Fast Reactions in Solution PRIS 2004, que ha tenido lugar en la Universidad de Burgos. En el transcurso de su exposición, el químico estadounidense reconoció estar muy “impresionado por el desarrollo científico que ha experimentado la universidad burgalesa en los últimos 10 años”.

En su conferencia, de enorme actualidad en el ámbito científico por su relación con la información genética, Dudley Herschbach destacó que una parte importante de sus estudios sobre el ADN radica en “intentar entender cada una de las hélices por separado y cómo se añaden las moléculas y las diferentes partes que lo componen”. En su exposición, el profesor Dudley explicó que “hay un enzima que funciona como catalizador y determina la fusión de las partes de la hélice del ADN y tiene un movimiento similar al del badajo de una campana”. “Dependiendo del movimiento y donde llega a dar y tocar determina una composición u otra y es como si el ADN estuviera tocando una cierta música en el proceso de pasar de una hélice a una doble”, añadió.

Herschbach reconoció que “al inicio del trabajo por el que recibí el Premio Nobel la gente nos llamaba lunáticos porque pensaban que era imposible estudiar dos moléculas independientes y no dentro de un gran grupo”, a lo que añadió que “cuando haces algo que la gente pensaba que era una locura, al final te dan la razón y cambian de idea”.

El químico estadounidense aseguró que “lo más importante que aporta la ciencia siempre es conocimiento”, a lo que añadió que “es la naturaleza la que habla en muchos idiomas diferentes, a veces como extraterrestres más que humanos y lo que hacemos los científicos es desentrañar este idioma y una vez que lo entendemos podemos comprender los mensajes de la naturaleza”, explicó.

El premio Nobel valoró positivamente este tipo de encuentros, ya que “permiten un intercambio entre diferentes partes de la gramática y la sintaxis de la naturaleza que van descubriendo diferentes investigadores”. Un intercambio con el que “se ayudan a entender el lenguaje de la naturaleza y aplicarlo a cuestiones prácticas”.


En el caso del estudio de la química, explicó, “la mayoría de las veces se analizan una enorme cantidad de moléculas que interactúan entre ellas mientras”. Mientras que en el trabajo por el que recibí el Premio Nobel “se trataba de entender solamente dos moléculas”.

Dudley Herschbach destacó “la investigación que se está realizando en España relacionada con las nanopartículas y la biofísica, cómo interacciones y reaccionan moléculas de ADN y ARN y cómo se pueden modificar”. Unos estudios que “nos van a ayudar a desarrollar nuevas medicinas, a que sean más efectivas y a reducir los efectos secundarios de los medicamentos”. 

 

Nanomateriales

Además de la conferencia que impartió el químico estadounidense, el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, Arturo López Quintela, expuso los últimos avances de sus investigaciones sobre el uso de micremulsiones y técnicas electroquímicas en la preparación de nanomateriales . En su exposición, auguró que “la nanotecnología está ya por todas partes y se cree que los nanomateriales pueden tener la misma revolución que hubo con la revolución industrial o de los ordenadores”.

El hecho de que “podamos tener en un chip de unas cuantas moléculas la misma información que en un ordenador, o que podamos utilizar en vez de los medicamentos tradicionales unas moléculas que depositen el medicamento en el lugar exacto”, prosiguió, “puede parecer ahora ciencia ficción pero dentro de 10 ó 15 años estará de moda”.

Este tipo de estudios, que están siendo prioritarios en EEUU, Japón y en Europa a partir del último programa marco, llevan involucrado una gran tecnología que “dará al traste con las tecnologías actuales y si no nos ponemos al día en esa dirección nos quedaremos obsoletos”, alertó el profesor López Quintela quien dejó claro que “estas investigaciones requieren un gran aparataje industrial de altos presupuestos”

En lo que se refiere al panorama nacional, López Quintela manifestó que “en España dedicamos muy poco dinero a investigación, ya que somos de los países que dedica la parte del PIB más pequeña”. Ante esta realidad, insistió en que “con una mayor cantidad de gente dedicada a la investigación podríamos estar a la altura de cualquier otro país”.

En una línea más crítica, alertó de la existencia de “una fuga de cerebros”, ya que “duele mucho ver cómo formamos a estudiantes muy buenos que luego van a hacer prácticas al extranjero, y nos cuesta mucho volverlos a traer aquí porque les ofrecen muchas más posibilidades en otro sitio tanto de trabajo como becas”.