Alimentación España , Valladolid, Viernes, 26 de marzo de 2010 a las 13:11

El proyecto 'HAproWINE' tratará de convertir los desechos del proceso vinícola en bioplásticos

La iniciativa, coordinada por la Fundación Patrimonio Natural, contará con el apoyo del CTME, la Universidad Pompeu Fabra y una empresa alemana

CGP/DICYT El proyecto europeo HAproWine tratará de convertir los desechos derivados del proceso vinícola en bioplásticos aptos, por ejemplo, para fabricación de bolsas. Así lo ha avanzado a DiCYT Jesús Díez, director de Programas de la Fundación Patrimonio Natural, entidad perteneciente a la Consejería de Medio Ambiente que se encargará de coordinar los trabajos. El Centro de Recursos Ambientales PRAE de Valladolid ha acogido hoy la presentación del proyecto, a la que han asistido cerca de 45 representantes de bodegas y denominaciones de origen que podrían estar interesadas en participar en la iniciativa.

 

“Nuestro objetivo es conseguir que los residuos dejen de suponer un coste de gestión de las bodegueras y se transformen en una oportunidad de negocio”, ha detallado Díez, quien subraya que en vez de digestionar estos desechos se puede crear “materia prima” para desarrollar nuevos productos e incluso generar una actividad económica diferente.

 

En este sentido el trabajo se centrará en un campo “muy importante”, como es la obtención de bioplásticos a partir de estos residuos. “Hoy está de moda la sustitución de las bolsas de plástico procedentes del petróleo y nosotros queremos que las bolsas biodegradables procedan además de residuos como los del vino”, concluye.

 

En el proyecto, que forma parte de la línea LIFE+ (instrumento financiero para el Medio Ambiente de la Unión Europea) y cuenta con un presupuesto de 1.508.636 euros para el periodo 2010-2013, participan además la Fundación Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTME), la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, “que tiene una gran experiencia en el análisis de ciclo de vida y en etiquetados”, y la alemana PE International GMBH, “una consultora de reconocimiento internacional en etiquetados ambientales”.

 

La iniciativa surge tras dos años de reuniones “con numerosas entidades de todo tipo, empresariales, sindicales, organizaciones ambientales o administraciones locales”, en el marco de la Estrategia Regional de Desarrollo Sostenible de Castilla y León que se aprobó en noviembre de 2009. “Un elemento fundamental de esta estrategia para conseguir un modelo económico más sostenible y una región más competitiva es apostar por la innovación y por los sistemas de innovación ambiental, y de ahí tiene su origen el proyecto”, apostilla Díez.

 

En la línea de 'Sustavino'

 

Por su parte, técnicos del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) han presentado el proyecto del VII Programa Marco de la Unión Europa Sustavino, en el que científicos de ocho países pretenden ayudar a los productores vinícolas a desarrollar su labor de una forma sostenible. Según la subdirectora del Itacyl, mientras que este trabajo va dirigido a las bodegas, el HAproWINE abarca todo el proceso vinícola. “Trata de gestionar de manera eficaz los residuos de la bodega, que pueden tener gran valor por la cantidad de polifenoles que contienen y su capacidad oxidante”.

 

No obstante, el proyecto HAproWINE contempla acciones como la sensibilización de los actores en los conceptos de ciclo de vida y el fomento de su participación; el análisis de las características de este ciclo de vida y la cuantificación de los distintos efluentes residuales del sector vitivinícola en Castilla y León, la identificación de las mejores técnicas y prácticas ambientales, la catalogación de los compuestos de alto valor añadido que se pueden obtener de los residuos, el diseño de un sello ambiental que recoja los requisitos que ha de cumplir el vino para que se considere ambientalmente responsable o la definición de un Plan Estratégico para el sector que le permita situarse en la vanguardia mundial. Finalmente, se espera validar las estrategias de obtención de los compuestos de valor añadido en planta piloto y la implantación del sello en empresas.

 

Un proceso que genera toneladas de desechos
La industria del vino produce una gran cantidad de residuos. Aproximadamente el 80 por ciento de la producción de uvas se utiliza en la fabricación del vino y su residuo se eleva hasta el 20 por ciento en peso de las uvas procesadas. Al mismo tiempo, el tratamiento y la disposición final de los residuos del sector vitivinícola constituyen un importante problema ambiental y es necesario encontrar nuevas estrategias de valorización que mejoren la competitividad del sector.