"El Registro Nacional de Derechos de Emisiones es clave para ver si se reducen los gases de efecto invernadero"

JPA/DICYT El Registro Nacional de Derechos de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero no sólo es la base para regular el mercado de dichas emisiones, sino que sirve para controlar si España cumple o no sus compromisos internacionales acerca de la reducción de los gases emitidos. Así lo ha explicado hoy el profesor de Derecho de la Universidad de Salamanca Ricardo Rivero Ortega en el marco del curso El debate del cambio climático: Reflexión actual y nuevas iniciativas, que se desarrolla hasta mañana en la hopedería Fonseca de la Universidad de Salamanca y en el que se abordan diferentes aspectos de este fenómeno.

A raíz del Protocolo de Kyoto se organizaron políticas de emisiones de gases de efecto invernadero que se concretaron en un mercado en el que una cierta cantidad de gases emitidos equivale a un derecho. Estos derechos son negociables y todas aquellas instalaciones afectadas por el Plan Nacional de Asignación, en el caso español, o por otros planes de emisiones son libres de utilizar estos derechos, vendiéndolos si tienen excedentes o comprándolos, si tienen necesidad de emitir más de lo que se les ha asignado.

En ese contexto, el Registro Nacional "es una herramienta administrativa de control tanto del mercado de derechos de emisión como del cumplimiento de los objetivos marcados por los compromisos internacionales suscritos por nuestro país en materia de lucha contra las emisiones de gases", ha declarado a Dicyt Ricardo Rivero. "Una ley incorpora a nuestro ordenamiento jurídico estos compromisos internacionales y establece las obligaciones informativas que los emisores de gases tienen que cumplir con respecto a la administración y al gestor del Registro", explica el experto.

Evitar un "mercado ficticio"

En la práctica, "parece un instrumento burocrático, pero sirve para controlar si se están cumpliendo los objetivos de lucha contra el cambio climático. Es la base para el mercado de derechos de emisión, pero también es una herramienta clave para ver si efectivamente se están reduciendo o no las emisiones y si lo que las empresas dicen que están contaminando se ajusta o no a la realidad", comenta. En su opinión, sin este Registro, se produciría un reparto de cuotas ficticias de emisión", lo cual sería un gran error en la lucha por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que es el verdadero objetivo.

Los seis gases de 'efecto invernadero'

Existen seis gases de efecto invernadero: el dióxido de carbono (CO2), el vapor de agua (H2O), el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (NOx), el ozono (O3), y los clorofluorocarburos (artificiales). En cualquier caso, el más importante es el CO2, que representa más del 80% de las emisiones, por lo que en ocasiones se habla simplemente de emisiones de dióxido de carbono. La acumulación de estos gases en la atmósfera provoca el llamado efecto invernadero, ya que evitan que la energía solar que rebota en la superficie terrestre salga al espacio exterior, de manera que se produce un aumento de las temperaturas, por lo que se consideran responsables del calentamiento global.