Alimentación Bolivia , Bolivia, Viernes, 15 de febrero de 2019 a las 08:29

El terremoto masivo de 1994 revela grandes montañas a 660 kilómetros bajo la Tierra

Científicos han analizado las ondas sísmicas aplicando la computación para identificar el perfil del límite de 660 km

DICYT - La mayoría de escolares aprende que la Tierra tiene tres (o cuatro) capas: corteza, manto y núcleo, que a veces se subdivide en núcleo interno y externo. No está mal, pero deja fuera otras capas que los científicos han identificado dentro de la Tierra. En un estudio publicado esta semana en ‘Science’, geofísicos de la Universidad de Princeton, en colaboración con colegas chinos, utilizaron datos de un enorme terremoto ocurrido en Bolivia para encontrar montañas y otra topografía en una capa ubicada 660 kilómetros hacia el interior de la Tierra, que separa el manto superior e inferior.


Al carecer de un nombre “formal”, los investigadores simplemente llaman a esta capa "el límite de 660 kilómetros". Y los terremotos más fuertes ofrecen datos muy relevantes para conocerla mejor. En aquellos sismos de magnitud 7 en la escala Richter o mayor, las ondas de choque que se envían en todas las direcciones pueden viajar a través del núcleo hacia el otro lado del planeta, y viceversa.


En este trabajo, los datos clave provinieron de ondas recogidas después de un terremoto de magnitud 8.2, el segundo terremoto más grande jamás registrado, que sacudió a Bolivia en 1994. Los sismólogos y científicos de datos usan computadoras potentes para simular el complicado comportamiento de las ondas dispersas en la Tierra profunda.


La tecnología depende de una propiedad fundamental de las ondas: su capacidad para doblarse y rebotar. Al igual que las ondas de luz pueden rebotar (reflejarse) en un espejo o doblarse (refractarse) cuando pasan a través de un prisma, las ondas sísmicas viajan directamente a través de rocas homogéneas, pero se reflejan o refractan cuando se encuentran con algún límite o rugosidad.


“En este estudio, investigamos ondas sísmicas dispersas que viajan dentro de la Tierra para identificar el perfil del límite de 660 km de la Tierra", explica Wenbo Wu, autor principal. Y lo que vieron es “una topografía más fuerte que las Montañas Rocosas o los Apalaches". Su modelo estadístico no permitió determinaciones de altura precisas, pero existe la posibilidad de que estas montañas sean más grandes que cualquier otra en la superficie de la Tierra.


“Las capas profundas de la Tierra son tan complicadas como lo que observamos en la superficie", apunta la sismóloga Christine Houser, profesora asistente del Instituto de Tecnología de Tokio, quien no participó en la investigación.


La presencia de tal rugosidad en el límite 660 km tiene implicaciones significativas para comprender cómo se formó y sigue funcionando nuestro planeta. Esa capa divide el manto, que constituye aproximadamente el 84 por ciento del volumen de la Tierra, según la información de Princeton recogida por DiCYT.

 

 

 

Referencia
"Inferring Earth's discontinuous chemical layering from the 660-kilometer boundary topography," by Wenbo Wu, Sidao Ni and Jessica Irving, appears in the Feb. 15 issue of the journal Science.