Alimentación España , León, Lunes, 19 de enero de 2009 a las 17:56

El valor ecol贸gico del paisaje

El catedr谩tico De Luis Calabuig muestra en Ponferrada la importancia de lo que nos rodea visualmente; desde el a帽o pasado, las Administraciones deben tenerlo en cuenta

AMR/DICYT Las agencias de publicidad lo saben bien; por eso empapelan sus sucursales de playas salvajes con aguas azul turquesa, de blancas montañas pobladas de coníferas, de espesos bosques tropicales. El paisaje vende. Y lo hace porque tiene un valor. El catedrático de la Universidad de León Estanislado de Luis Calabuig mostró hoy en Ponferrada las claves para poder otorgar valor ecológico de los paisajes. El experto destaca la buena conservación de los ubicados en zonas cantábricas y las huellas dejadas por los incendios forestales en El Bierzo y la comarca zamorana de Sanabria.

 

El paisaje, según lo define Estanislao de Luis Calabuig, es la "información que se puede obtener de la capacidad de percepción usando como medida la cuenca visual". Para interpretarlo se usan conceptos como la armonía, la organización, el color o la dimensionalidad. Su riqueza es cuantificable a través de la suma de unidades diferentes, de la diversidad de estas unidades (esto es, también tomando en cuenta la extensión que adoptan en el campo visual), la hetereogeneidad de las formas naturales que se encuentran y la conectividad de los elementos vivos. Toda esta información tiene aplicaciones prácticas importantes hoy en día.

 

La legislación actual, que emana de un convenio europeo sobre el paisaje firmado en 2000 ratificado por España el pasado mes de febrero, indica la obligatoriedad de las evaluaciones de impacto ambiental en diferentes actuaciones humanas sobre los espacios naturales. La valoración ecológica del paisaje también se debe tener también en cuenta en la ordenación del territorio, "como a la hora de instalar aerogeneradores en un paisaje determinado", ejemplifica De Luis Calabuig.

 

Parámetros y actuación humana

 

El experto destacó el buen estado y la tipología de los paisajes que se conservan en Castilla y León. A su juicio, los que en mejor situación están son las zonas del Duero medio y bajo, las montañas del Sur y Arribes, entre las provincias de Salamanca y Zamora. En la provincia de León, indicó que las zonas cantábricas están en buen estado de conservación, aunque en algunos parajes se se producido una dinámica natural derivada de la acción humana, después del uso de prados para la trashumancia. "Estas praderas han ido dando lugar a zonas de arbustos", explica. La actividad del ser humano no implica necesariamente un perjucicio para el entorno, ya que existen paisajes de integración humana, como las ciudades, "claramente antropizados". Aunque en los espacios naturales puede suponer un revés a la variedad natural del lugar, como ha ocurrido con los incendios forestales de origen humano en El Bierzo y Sanabria.

 

Aún así, el ser humano es una especie lesiva hacia su hábitat, por lo que el principal parámetro de medición es la degradación, que se produce cuando existe un evidente impacto humano. La incidencia es variable según el lugar en el que se produce. Los incendios forestales intencionados, por ejemplo, pueden causar daños de cientos de años en los hayedos y de poco más de un año de recuperación en terrenos poblados de brezales. En la actualidad, hay otro factor: el cambio climático trae consigo cambios en el espacio natural que nos rodea. De Luis Calabuig ha constatado un aumento de comunidades de robledales en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, más resistentes a temperaturas cálidas, en detrimento de los hayedos, especie que requiere más humedad.

 

La conferencia de Estanislao de Luis Calabuig responde al ciclo de conferencias de divulgación científica que organiza la Fundación Monteleón a lo largo del año. Desde hoy hasta el miércoles, el centro cultural de Caja España en Ponferrada acoge las conclusiones de varios expertos en materia medioambiental.