Ciencias Sociales España , Burgos, Viernes, 30 de septiembre de 2016 a las 09:23

Encuentran nuevos restos humanos en la valenciana Cova del Bolomor

La Investigadora del CENIEH Ruth Blasco codirige este yacimiento del Pleistoceno medio que destaca por preservar una de las evidencias m谩s antiguas de uso controlado del fuego en Europa

CENIEH/DICYT Acaba de finalizar la XXVIII Campaña de Excavaciones en la Cova del Bolomor, un yacimiento valenciano situado en Tavernes de la Valldigna codirigido por Ruth Blasco, Investigadora del Centro Nacional de investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), que ha proporcionando, entre otros registros, cuatro fósiles humanos, y el primer bifaz documentado en toda la secuencia estratigráfica de este yacimiento del Pleistoceno medio.

 

Los grandes hallazgos de esta campaña son cuatro fragmentos de parietal humano, confirmados por el equipo de del Centro UCM-ISCIII de Investigación sobre la Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid, que se unen al conjunto de fósiles humanos previamente documentados en Bolomor: una diáfisis de peroné, un molar inferior, un canino superior y un fragmento de parietal.

 

Se abren así nuevas perspectivas en la investigación del yacimiento con la realización de estudios paleogenéticos para ver las relaciones de filogenia de los grupos humanos neandertales y pre-neandertales en la Península Ibérica. Por ello, ya se ha iniciado una colaboración con el Departamento de Genética Evolutiva del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology de Leipzig, en Alemania.

 

Otro de los grandes hallazgos de la campaña es un bifaz elaborado en caliza micrítica, único en toda la secuencia. No existían hasta la fecha bifaces, hendedores, triedros o cantos tallados, lo que permitía hablar de un tecno-complejo de lascas de pequeño formato con predominio de raederas y denticulados. La existencia ahora de este bifaz, asociado a un escaso número de restos faunísticos, hace posible plantearnos la coexistencia de varios modos industriales durante el Pleistoceno Medio, que se hacen visibles a nivel arqueológico según las características ocupacionales y funcionales de cada nivel o yacimiento.

 

Además este año han realizado muestreos para el análisis polínico con el equipo del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia, y para dataciones, con métodos que combinan la Luminiscencia, Resonancia Paramagnética Electrónica y Paleomagnetismo, tanto por la Universidad de Adelaida (Australia) como por el CENIEH.

 

Uso regular de fuego

 

Con una cronología similar a los yacimientos de Galería y Gran Dolina-TD10 de la Sierra de Atapuerca (Burgos), la Cova del Bolomor destaca por preservar una de las evidencias más antiguas de uso controlado del fuego en Europa. A lo largo de sus 28 años de excavaciones sistemáticas, Bolomor ha registrado un total de 15 hogares, algunos de ellos con una cronología en torno a 230.000 años de antigüedad, que permiten explorar uno de los más importantes debates de la Arqueología Paleolítica como es la adopción del uso regular del fuego en Europa.

 

Uno de los objetivos de esta campaña objetivos estaba centrado en la excavación en extensión del nivel XIII, el cual proporcionó, en 2004, vestigios de los hogares más antiguos conservados en la secuencia estratigráfica del yacimiento. Este año se han recuperado pequeños fragmentos de huesos termoalterados, que apuntan a la existencia cercana de posibles hogares y que animan a seguir trabajando en este sector del yacimiento en las campañas venideras.

 

Las excavaciones se llevan desarrollando de forma sistemática desde 1989 bajo la dirección de Josep Fernández Peris, y a partir de este año codirigidas también por Pablo Sañudo y Ruth Blasco. Los trabajos en la Cova del Bolomor se iniciaron como parte de las intervenciones anuales del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia y con el permiso de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.