Ciencias Sociales España , Barcelona, Miércoles, 06 de noviembre de 2013 a las 14:01

Espectros de meteoritos para estudiar la superficie de asteroides primitivos

El estudio servirá para futuras misiones espaciales que traigan a la Tierra muestras de asteroides primitivos

CSIC/DICYT Un equipo internacional liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha obtenido espectros de reflectancia de un grupo de meteoritos, llamados condritas carbonáceas, que resultan de utilidad para caracterizar la superficie de asteroides primitivos. El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y resultado de más de dos años de investigaciones, aporta datos sobre cómo muestrear materiales prístinos del Sistema Solar en futuras misiones de exploración de pequeños asteroides.

 

Un espectro de reflectancia es un gráfico de la capacidad reflectiva de una superficie para las distintas longitudes de onda o colores del espectro electromagnético. Por tanto, proporciona información sobre la capacidad reflectiva de estos materiales frente a la luz que reciben del Sol. En el caso de los grupos de meteoritos primitivos analizados, los espectros ayudan a caracterizar los asteroides de los que provienen, ricos en agua y materia orgánica.


Entre las condritas carbonáceas estudiadas en este trabajo destacan algunas históricas (Allende, Cold Bokkeveld, Murchison, Orgueil y Tagish Lake), así como raros ejemplares recuperados en la Antártida, proporcionados por el Johnson Space Center de la NASA.

 

“Son una clase de meteoritos íntimamente asociada con asteroides, y posiblemente cometas, formados hace unos 4.565 millones de años en las regiones más externas del Sistema Solar. En su composición no sólo encontramos diminutos agregados rocosos, sino también materia orgánica y agua, que hacen que sean los materiales con composición más cercana a la de nuestro Sol. Podríamos considerarlos auténticas piedras Rosetta para la ciencia, ya que han preservado en su interior los primeros componentes del Sistema Solar”, explica el investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio Josep Maria Trigo.

 

Los espectros, obtenidos por los científicos en el Centro de Investigación en Nanoingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña, abarcan longitudes de onda comprendidas entre las 0,2 y las 20 micras y revelan bandas de absorción de agua, minerales hidratados y compuestos orgánicos. “Hemos empleado dos espectrómetros que permiten medir de manera precisa la reflectividad de estos materiales en un amplio rango espectral”, señala el investigador de la Universidad Politécnica de Cataluña, Jordi Llorca.


Interés químico y astrobiológico

 

Los asteroides de los que proceden los meteoritos estudiados son objetos pequeños, muchas veces de pocos kilómetros o cientos de metros de diámetro, lo que los convierte en difíciles de descubrir y peligrosos. De hecho, la presencia de carbono en la matriz que compacta los meteoritos hace que sean muy oscuros, ya que apenas reflejan entre un 5% y un 10% de la radiación solar.

 

“De ahí que estos asteroides sean difíciles de monitorizar en el espacio. Además, sus componentes tienen un interés astrobiológico al haber llegado a la Tierra en grandes cantidades hace unos 3.900 millones de años, durante los procesos de enriquecimiento químico del planeta como consecuencia de la migración de Júpiter y Saturno, que causó la dispersión gravitatoria de miles de objetos helados que se habían formado en las regiones externas del denominado cinturón principal de asteroides”, señala Trigo, también investigador del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya.

 

Los investigadores esperan que este trabajo sea útil para las futuras misiones espaciales como OSIRIS-REx de la NASA, Hayabusa 2, de la Agencia Espacial Japonesa JAXA, y Marco Polo-R, de ser finalmente aceptada por la Agencia Espacial Europea el próximo mes de enero. “Poder estudiar las propiedades reflectivas de estos meteoritos supone una oportunidad única para comprender mejor la historia escrita en estas muestras únicas del Sistema Solar primitivo”, señala el investigador Carles Moyano.