Cultura Ecuador , Ecuador, Jueves, 07 de junio de 2018 a las 07:40
ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

¿Está el biohacking a un paso del bioterrorismo?

Un mal uso de la ciencia DIY con fines destructivos podría tener efectos nefastos en la sociedad y en la ciencia

Santiago Guerrero/CIGG/Universidad Tecnológica Equinoccial/DICYT El biohacking es un movimiento biotecnológico social a través del cual los ciudadanos comunes (biohackers) realizan experimentos similares a los que se efectúan en instituciones de investigación. Esta tendencia nace del concepto Biología do-it-yourself (Biología DIY) o Biología hecha en casa e intenta demostrar que un individuo no necesita ser científico para aportar algo al conocimiento humano o resolver problemas de la sociedad. La Biología DIY es realizada por individuos con poca o ninguna experiencia en investigación, pero dirigida por científicos de amplia trayectoria. Si bien es cierto que este movimiento se toma muy en serio la bioseguridad, últimamente se han reportado experimentos irresponsables y casos que rozan el bioterrorismo.


La Biología DIY es una comunidad mundial con laboratorios comunitarios repartidos principalmente por Estados Unidos (ej. Biocurious) y Europa (ej. DIYBio Barcelona). Dichos espacios están dirigidos por expertos científicos que cumplen estrictamente las normas de bioseguridad y bioética. Son laboratorios de aprendizaje donde los biohackers proponen proyectos enfocados a diversas áreas: biomedicina, biorremediación, entre otras. La Biología hecha en casa es una tendencia vanguardista que impulsa la innovación biotecnológica y promueve la comprensión pública de la ciencia.


El lado oscuro del biohacking está personificado por individuos que se autoadministran terapias biológicas nunca antes probadas en seres humanos. El ejemplo más claro lo llevó a cabo un individuo que se inyectó todo lo necesario para editar su genoma. Su objetivo era sencillo: aumentar su masa muscular. Para ello utilizó la técnica CRISPR-Cas9, que anularía la expresión del gen de la miostatina. Dicho gen expresa una proteína que inhibe el crecimiento de las células musculares; sin embargo, el resultado no fue el deseado y aún se desconocen las consecuencias que este experimento pudo tener en su organismo. Otro caso controvertido se dio a partir de una publicación del grupo de David Evans en enero de 2018 en la revista PLOS One.

 

El artículo mostraba cómo, a partir de secuencias de ADN sintético, se pudo reconstruir el virus de la viruela equina. Aunque este virus es inocuo para el ser humano, el artículo da las bases para la reconstrucción de cualquier poxvirus, incluido el de la viruela humana. Este último, ya erradicado por completo, tuvo en su día una alta tasa de mortalidad y fue causante de grandes epidemias en todo el mundo.


Todo esto puede resultar meramente anecdótico siempre y cuando estas técnicas no caigan en malas manos, ya que las consecuencias de un mal uso de la ciencia DIY con fines destructivos podría tener efectos nefastos en la sociedad y en la ciencia. Afortunadamente, es muy improbable que se lleguen a reconstruir virus de este tipo, ya que las empresas de síntesis controlan sus pedidos y existen prohibiciones legales sobre este tipo de prácticas. Es importante que el biohacking no resulte perjudicado por este tipo de controversias, más bien debe ser potenciado por las instituciones públicas y privadas de investigación, para así evitar que evolucione de manera clandestina e imprudente.

 

 

 

 
Santiago Guerrero es doctor en Biología Molecular y Celular e investigador senior en el Centro de Investigación de Genética y Genómica (CIGG) de la Universidad Tecnológica Equinoccial de Ecuador. Ha realizado estancias en centros de investigación de las universidades de Estrasburgo (Francia) y Pompeu Fabra (Barcelona, España), donde ha participado en varios proyectos de investigación financiados. También ha recibido varios premios por su actividad científica e investigadora.