Alimentación España , Salamanca, Viernes, 19 de febrero de 2010 a las 19:28

Estudian un hongo que ataca el maíz para evitar daños similares en otros cereales

Un científico del Centro Nacional de Biotecnología ha presentado su trabajo hoy en Salamanca a investigadores con líneas similares

JPA/DICYT El hongo fitopatógeno Ustilago maydis ataca al maíz, pero los daños que provoca en este cultivo son insignificantes, además de que se trata de un problema muy poco extendido. Sin embargo, un equipo del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) estudia con detenimiento la acción de este hongo, porque supone un modelo perfecto para poder analizar el efecto que provocan patógenos muy parecidos pero más difíciles de analizar en otros cereales, como el trigo o la avena, cuyos efectos sí resultan muy dañinos. Uno de estos investigadores ha explicado hoy algunas claves de este trabajo a expertos de Salamanca que trabajan en líneas de investigación similares.


José Pérez ha ofrecido una conferencia en el Instituto de Microbiología Bioquímica de Salamanca para hablar de este hongo, que infecta al maíz y además es muy específico de este cultivo." Para infectar la planta desarrolla unas estructuras muy particulares que le permiten romper la hoja de maíz y meterse dentro, así que nuestro interés es, como parte del abordaje para entender la infección, es saber cómo realiza esas estructuras; intentamos entender cómo forma el filamento que hace el agujero en la planta", afirma, en declaraciones a DiCYT el científico del CNB, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).


Ustilago maydis es responsable de una enfermedad denominada el carbón del maíz, pero no es una patología grave porque la mayor parte de las estirpes de maíz son resistentes a este hongo. De hecho, las estirpes más sensibles son las autóctonas de México, pero cuando este hongo infecta la mazorca de maíz los efectos son tan leves que sigue siendo apta para el consumo humano. Sin embargo, existen problemas mucho más graves, los denominados carbones de los cereales, que están muy relacionados. "El caso del carbón del trigo o el de la avena son graves, pero desde nuestro abordaje, el carbón del maíz es muy parecido a los ellos y resulta muy fácil de manipular en el laboratorio", añade.


Por eso, "la idea es que podamos trasladar a otros patógenos que sí suponen un problema real lo que aprendamos con éste, ya que el resto no son fáciles de tratar en el laboratorio". En cambio Ustilago maydis permite utilizar todas las herramientas de las que disponen los científicos para estudiar, por ejemplo, Schizosaccharomyces pombe, la levadura modelo que permite el abordaje desde la ingeniería genética o Biología molecular. "Así, podemos contar con las mismas herramientas de modelos bien establecidos, por eso usamos este hongo aunque no sea un problema real", indica el experto.

 

Desarrollar antifúngicos


El equipo de José Pérez busca dianas, es decir, genes claves para el ataque del patógeno sobre los que se pueda actuar para detener la enfermedad. "Si definimos una serie de genes que van a dar lugar a una serie de proteínas importantes para este proceso y dichos genes están conservados en los otros hongos y tienen el mismo papel, se convierten en la diana ideal para diseñar un producto antifúngico", apunta.


En España apenas existen otros "dos o tres" grupos de investigación que se dediquen a estudiar este hongo. Sin embargo, eso no impide que haya ciertas colaboraciones entre el equipo de José Pérez y científicos de Salamanca que realizan trabajos paralelos, sobre la pared celular vegetal o la morfogénesis. "Nuestros abordajes no son muy diferentes, yo aprendo de ellos y lo aplico a mi hongo", señala.