Alimentación México , Baja California, Miércoles, 19 de marzo de 2014 a las 10:01

Exploración arqueológica de campamentos costeros de la cultura yumana en Bajamar

Más de 100 sitios arqueológicos han sido descubiertos en la región desde el 2012

CICESE/DICYT Investigadores de la División de Ciencias de la Tierra de CICESE (Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada) realizaron una colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-BC) para apoyar con técnicas y metodología científica en un proyecto de exploración arqueológica de una serie de campamentos costeros de la cultura yumana en la zona de Bajamar.


Más de 100 sitios arqueológicos han sido descubiertos en la región desde el 2012, fecha de inicios de las excavaciones del proyecto “Estudio de Campamentos en la línea costera y valles intermontanos de Baja California”, liderado por la arqueóloga Enah Montserrat Fonseca Ibarra, del Centro INAH-BC.
 

“Las excavaciones en Baja California comenzaron hace más de 30 años, pero es conocido que la zona de Bajamar es de especial interés para la arqueología debido a la presencia de campamentos costeros de los yumanos que se cree estuvieron asentados aquí,” explica la arqueóloga.
 

La intención era estudiar a fondo los campamentos o concheros, como se les conoce, y entender más sobre las aplicaciones y propósitos de los fogones, denominados así por ser vestigios de las hogueras que utilizaban los antiguos grupos étnicos yumanos hace aproximadamente 1,500 años.
 

Ante la gran cantidad de puntos de interés y un tiempo limitado para realizar excavaciones, un equipo de especialistas liderados por el Dr. Marco Antonio Pérez Flores, del Departamento de Geofísica de CICESE, utilizó una serie de equipos magnéticos y electromagnéticos para detectar objetos de interés histórico enterrados en la zona, como las piedras que usaban en dichos fogones.
 

“Quisimos hacer una especie de radiografía previa a la excavación, una prospección geofísica, que es algo que no se había hecho antes con éstas técnicas que aportaron los doctores Marco Pérez y Edgardo Cañón, quienes nos apoyaron con equipo y horas de investigación en campo,” dijo Fonseca.
 

Las piedras que forman los fogones tienen un grado de magnetismo medible por los sensores de instrumentos especializados, los cuales producen una gráfica donde se puede discernir en forma gráfica las zonas de interés magnético según sea su intensidad. Esta exploración geofísica previa permitió hacer excavaciones en forma quirúrgica, sin necesidad de cavar toda la retícula del terreno estudiado, señaló Fonseca Ibarra.
 

En el área de estudio se encontraron 104 sitios arqueológicos, principalmente campamentos de producción, de habitación al aire libre y en abrigos rocosos. El equipo de Fonseca eligió 16 con mayor potencial, de los cuales se excavaron los primeros tres en el 2012, en donde se encontró gran variedad de huesos de animales, conchas, manos de metates, herramientas de lítica y 13 fogones de tres diferentes tipos, según los datos aportados por el INAH.
 

Una vez rescatadas, muestras de piedras de fogones se enviaron al equipo del Dr. Edgardo Cañón, investigador de la División de Ciencias de la Tierra de CICESE, quien se encargó de realizar pruebas con una técnica conocida como desmagnetización por temperatura.
 

La técnica permite identificar la temperatura máxima a la que se recalentó un material, y los resultados detectaron diferencias entre piedras dependiendo de su posición en el fogón. Si se tiene la intensidad del campo magnético y fecha aproximada del periodo de recalentamiento, se podrían hacer estimaciones de fechas en otros fogones sin necesidad de realizar pruebas isotópicas. Con ello en mente, para la colecta de 2013, que se está procesando este año, se tomaron en cuenta previamente los datos de orientación de cada piedra con el fin de realizar mediciones más exactas.

“Ellos conocían en qué yacimientos podrían encontrar la materia prima, y establecían estos fogones como apoyo a su subsistencia. Pero no todos los fuegos tienen el mismo uso, y con las técnicas que nos sugiere el doctor Cañón podríamos establecer una tipología de fogones usados para la preparación de alimentos,” dijo Fonseca Ibarra.
 

Al hablar sobre los beneficios de esta colaboración, tanto el INAH como el CICESE destacaron el valor de la cooperación transdisciplinaria en México, “y en nuestro caso, estamos orgullosos de poder colaborar con INAH con este estudio para conocer más a fondo sobre el modo de vida de nuestros antepasados,” dijo el Dr Marco Pérez.
 

A su vez, el Dr. Cañón agregó que la aplicación de técnicas de los investigadores en Ciencias de la Tierra en ámbitos diferentes ha permitido encontrar datos duros sobre las culturas del noroeste del país, “y tenemos mucho interés en que nuestras técnicas numéricas cuantitativas tengan ese impacto en la investigación social, y seguiremos colaborando con el INAH.”