Ciencia España , Valladolid, Lunes, 05 de enero de 2004 a las 18:16

“Hasta que no se halle el ejemplar no se puede asegurar que sea un meteorito”

El abulense Jesús Martínez Frías, científico del Laboratorio de Geología Planetaria del Centro de Astrobiología, advierte de la posibilidad de que el objeto que cayó ayer del cielo sea de procedencia humana

BG/AVP/ICT/DICYT “No podemos asegurar que el fenómeno detectado en la tarde de ayer sea un meteorito hasta que no se hallen los restos, si bien toda la fenomenología asociada sigue los patrones del avistamiento de un bólido”, advierte el abulense Jesús Martínez Frías, que trabaja en el Centro de Astrobiología, un centro mixto del CSIC y del INTA ubicado en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz y referencia nacional en este tipo de sucesos.

El avistamiento en la tarde de ayer domingo de lo que los testigos oculares denominaron como “bolas de fuego” en buena parte del tercio norte peninsular ha sido calificado casi de inmediato como un meteorito de grandes dimensiones, cuya parte central podría haber impactado en algún punto entre el límite Norte de las provincias de León y Palencia. Sin embargo, algunos científicos son prudentes a la hora de constatar el fenómeno como el impacto de un meteorito, y no descartan otras hipótesis, como el que el objeto tenga procedencia humana, hasta que las autoridades no localicen e identifiquen los restos del objeto en cuestión.

“La llegada de meteoros a la Tierra es bastante frecuente -subraya Jesús Martínez- y algunos autores cifran en 200 toneladas la cantidad de fragmentos que llegan hasta nuestro planeta. Sin embargo, la posibilidad de que caiga uno del tamaño del que se está hablando se da cada cinco o diez años".

Una rareza que se complementa además con el hecho de que la caída del objeto y su estela pudo verse con perfecta nitidez a plena luz del día, “y eso significa que el objeto tenía fragmentos de grandes dimensiones, lo que unido al hecho de que se divisase desde lugares relativamente lejanos hace pensar que se fraccionó en la parte alta de la atmósfera”, señala Moisés Egido, director del Departamento de Física General y de la Atmósfera de la Universidad de Salamanca. El objeto pudo tardar unos siete minutos en atravesar la atmósfera –asegura Martínez Frías– "pero el tiempo desde el que se puede avistar este proceso desde la Tierra es de entre 15 y 20 segundos”.

Procedencia

En el caso de que el visitante sea un meteorito, los científicos se preguntan qué tamaño pudo tener y cuál era su procedencia. Para el profesor Martínez Frías “lo más probable es que proceda del cinturón de asteroides de la Tierra, ya que la inmensa mayoría de los meteoros provienen de allí. De los más de 20.000 de los que se tienen constancia sólo 52 proceden de la Luna o de Marte”.

Para determinar su composición, los restos hallados se analizan a través de procesos de reflectividad superficial, “que viene a ser como el DNI de los asteroides”, apunta el investigador del Centro de Astrobiología: “A través del trabajo de geólogos planetarios, astrónomos y astrofísicos se puede analizar la coincidencia de esa magnitud con la de otros meteoros hallados con anterioridad, que se determina por la composición del objeto con materiales como el carbón o el níquel”.

En cuanto al tamaño, las estimaciones son también complejas: “Lo que llega a la tierra es entre un 8 y un 15% del tamaño original del objeto, ya que la ablación atmosférica destruye el 90% de su materia. Los que están compuestos por hierro y níquel resisten mejor este proceso que los silicatados. Hasta el momento, el meteoro más grande que se conserva está en Hoba (Namibia) y se cree que puede pesar unas seis toneladas, pero no se ha determinado el peso exacto porque el meteorito no se ha movido del lugar en el que cayó”.

 

Otros expertos, como el investigador del CSIC Pedro Herranz Araujo, argumentan que “el fragmento no tiene por qué pesar más de tres o cuatro toneladas, ya que si penetra en la atmósfera con la inclinación adecuada puede liberar gran cantidad de energía y producir el destello luminoso y el estruendo que han descrito los testigos oculares”.

Protocolo de actuación

Los pasos que deben seguirse tras la recogida de restos extraterrestres en cualquier parte del mundo están contemplados en un protocolo de actuación predeterminado, que explica Martínez Frías: “Lo primero es llevar los restos a un centro oficial homologado. En España el único que existe es precisamente el nuestro. Aquí se realiza una ficha composicional que se envía al Meteoritical Bulletin, que se encarga de publicar los nuevos hallazgos a nivel mundial. Esto sirve para catalogarlo, y eso se hace con el nombre de la localidad más cercana al lugar en el que ha sido hallado".

 

León, ‘agraciada’ hace medio siglo
La provincia de León ya recibió la visita de un meteorito hace medio siglo. Concretamente el 28 de diciembre de 1947 la localidad de Reliegos (al Oeste de la provincia, muy cerca del lugar en el que las autoridades tratan de localizar el objeto avistado ayer), un meteorito de más de 10 kilos de peso (una Contrita del tipo L5, para los técnicos) se precipitó sobre una de las calles de la localidad, abriendo un boquete de 35 centímetros y acompañado de una serie de explosiones que alertaron a la población. Tras el pertinente alboroto, el alcalde del pueblo decidió custodiar la piedra hasta que le fue entregada a las autoridades militares de la base aérea de La Virgen del Camino. En la actualidad el meteorito pertenece al Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Es el último meteorito registrado oficialmente en España.