Tecnología España , Valladolid, Viernes, 15 de julio de 2011 a las 14:48

Idean un sistema de ayuda digital a la implantología y la cirugía oral

El desarrollo es fruto del trabajo de un estudiante de la Universidad de Valladolid en el Centro de Investigación en Biomecánica y Ergonomía (cIbeR)

Cristina G. Pedraz/DICYT Actualmente, tanto los especialistas como los cirujanos emplean imágenes bidimensionales para el diagnóstico y la planificación de las intervenciones quirúrgicas, un área que experimentará una auténtica revolución con la llegada de los modelos 3D, que conllevan grandes ventajas para el médico y, sobre todo, para el paciente. A través de su proyecto fin de carrera un estudiante de la Universidad de Valladolid, Liborio Baños Ruiz, está realizando una importante contribución a este campo, concretamente a la asistencia al profesional en la planificación de implantes y la cirugía mínimamente invasiva mediante el modelado 3D.


El proyecto surge en el cIbeR (Centro de Investigación en Biomecánica y Ergonomía) de la Universidad de Valladolid, como recuerda el alumno. “Hablé con su director, Manuel San Juan, quien me dijo que tenía algunas ideas que podían ir en la línea de mis conocimientos y empezamos a trabajar”. El proyecto, que ha contado con la colaboración de la Unidad de Cirugía Oral del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, trata de poner al servicio de la implantología el modelado 3D, ya sea en formato digital a través de software de modelización o mediante una reproducción física vía prototipado rápido.


Generación del modelo


Como explica el joven investigador, para generar el modelo tridimensional se parte de un escaneado TAC del paciente. “A cada punto XYZ de la zona escaneada se le atribuye un valor de blanco a negro en la escala de grises en función de su densidad y se un conjunto de imágenes bidimensionales”. Posteriormente, esos datos son procesados con un software de análisis de imágenes médicas y se elige un rango de densidades relativas al hueso duro. “Mediante el software logramos también localizar y señalar el nervio mandibular, imprescindible a la hora de planificar la operación”, subraya. Con esos datos se genera el 3D, por el que se puede obtener un modelo físico con una impresora de prototipado rápido.


Con este modelo 3D de hueso duro y nervio y un software adecuado, los cirujanos maxilofaciales pueden planificar la cirugía de forma óptima, pudiendo cortar, rotar y ejecutar una amplia serie de comandos para seleccionar la posición más adecuada de los implantes. Tras editar e imprimir el modelo, se fabrica una plantilla quirúrgica plástica. Esta plantilla, que se adapta a la anatomía ósea del paciente, apoya la posición y orientación de los cilindros guía. De este modo, el odontólogo taladra directamente el arco dental sin incisiones, ni posteriores puntos de sutura.


Así, “se reducen las fases para la colocación de la prótesis, el tiempo empleado por el especialista y se mejora notablemente la comodidad para el paciente”. “Se trata de un proceso de convergencia hacia la solución más óptima. En cirugías complejas el salto de calidad es increíble, se consigue disminuir aproximadamente a la mitad las intervenciones necesarias para el resultado final y el periodo postoperatorio se reduce en un cuarto”, apunta.


Por otro lado, habitualmente se emplean articuladores para simular el movimiento mandibular y modelos de yeso construidos a partir de moldes de silicona de la boca del paciente con objeto de realizar acciones de diagnóstico, planificación y simulación de tratamientos. En el marco del proyecto de Liborio Baños Ruiz se prevé desarrollar una simulación digital de la articulación mandibular. “A efectos prácticos el sistema virtual funciona igual que el físico pero el ahorro en coste, tiempo y comodidad para el paciente es realmente sustancial”, señala.