Salud Argentina , Santa Fe, Viernes, 08 de febrero de 2013 a las 09:25

Investigadores argentinos realizan terapia celular para tratar enfermedades de la superficie ocular

Alergias, ojo seco severo, erosiones de córnea, úlceras de córnea infecciosa y no infecciosa, entre otras enfermedades podrán ser tratadas con implantes de células madre

UNR/DICYT  Investigadores de la Universidad Nacional de Rosario realizan terapia celular para tratar enfermedades de la superficie ocular. El doctor Alejo Vercesi, profesor titular de la Cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la UNR, y un grupo de investigadores son pioneros en utilizar la terapia celular en el tratamiento de las enfermedades de la visión. El trabajo consiste en utilizar las células madre adultas que se encuentran en la mucosa bucal para injertarlas en un ojo enfermo. De esta manera se crea un puente sobre la membrana amniótica que facilita la migración de las nuevas células que producen las células madres de ese órgano. También, utilizan la propia sangre del paciente para obtener un suero, un plasma rico en plaquetas y un gel plaquetario que mejorará las intervenciones en el campo de la visión.

 

 

Las enfermedades que involucran a la córnea y a la conjuntiva pueden afectar a la visión. Alergias, ojo seco severo, erosiones de córnea, úlceras de córnea infecciosa y no infecciosa, entre otras son tratadas actualmente con lágrimas artificiales, colirios, y diversas sustancias químicas destinadas a restaurar la integridad de la superficie ocular. Sin embargo, muchos pacientes no responden a estos tratamientos. Los últimos descubrimientos de la función de la células madre, que están situadas en el limbo esclero-corneal, permitieron que muchas de estas patologías tengan posibilidad de tratamiento.“La terapia celular es aquella donde se utilizan células madre como terapia ante una enfermedad determinada. Estas células restituyen la integridad de la superficie de la córnea a través de la formación del epitelio anterior de la córnea”, explicó Vercesi.

 

 

El investigador detalló que es posible extraer del ojo sano del paciente las células madre, pero trae aparejado un riesgo muy grande. “Después de muchos años de investigaciones comprobamos que se pueden injertar las células madre adultas de la mucosa bucal para injertarlas en el ojo enfermo y de esta manera crear un puente sobre la membrana amniótica”. Y además, agregó: “La utilización de la mucosa bucal se debe a que el epitelio de dicha mucosa es muy parecido al epitelio de la córnea y tiene células madres. La membrana amniótica actúa como un puente biológico, es decir facilita la migración de las nuevas células que producen las células madres de ese órgano”.

 

 

Este trabajo tiene como antecedente a un investigador japonés que trabajó con injerto de mucosa bucal en ojos quemados.“El aporte novedoso que realizamos nosotros es que en vez de realizar suturas para adherir la membrana utilizamos un gel plaquetario de la propia sangre del paciente y usamos una especie de gotita que adhiere la membrana y la mucosa bucal sin suturas. Así no hay irritación y no es nada externo, sino del propio paciente”, detalló Vercesi.

 

 

Esta innovadora contribución de los investigadores permite utilizar la propia sangre del paciente, la cual tiene inmunoglobulina y da defensas, para obtener un suero autólogo, que puede usarse como lágrima artificial; un plasma rico en factores de crecimiento, que favorece la curación de úlceras corneales, y un gel plaquetario autólogo como bioadhesivo en las operaciones Este último, tiene una gran importancia ya que permite reemplazar, en algunos casos, las suturas convencionales y no genera rechazo por usarse sangre propia.

 

 

El oftalmólogo repasó estos aportes y la importancia que tiene cada uno. El caso del suero autólogo es de gran utilidad en el tratamiento del ojo seco severo que no responde al tratamiento con colirios artificiales. “Para obtener suero autólogo se extraen 20 o 30 cm de sangre del paciente, la que es sometida a una centrifugación y otros procesos químicos y se obtiene el suero que se da al paciente en pequeños frascos para que pueda ser usado en su casa. En muchos de los casos tratados desaparecieron los síntomas, los pacientes referían que se sentían el ojo más húmedo y mas suave”.

 

 

Asimismo, el investigador aclaró que se puede intentar este tratamiento con suero antólogo cuando el ojo seco severo no responde al tratamiento con métodos convencionales y luego volver a los sustitutos lagrimales.

 

 

“Esto mejora la calidad de vida de las personas ya que el ojo seco genera un displacer, es una enfermedad de la modernidad, de pasar horas frente a la pantalla de la computadora”, señaló Vercesi.

 

 

En referencia al plasma rico en plaquetas, contó que a través de un trabajo de investigación experimental en sangre de conejos, realizada junto a Guillermo Grande y colaboradores, de la Universidad Nacional del Litoral y la colaboración de Gustavo Echavarría y Ariel Naves, se demostró estadísticamente y con la anatomía patológica el mejoramiento en úlceras de córnea provocada quirúrgicamente. “La utilización de plasma rico en factores de crecimiento favoreció y aceleró la curación de las úlceras corneales e influyó en el mantenimiento de la transparencia corneal”, indicó el oftalmólogo.

 

 

Primera intervención

 

El primer injerto de membrana amniótica se realizó en el año 2000, a un paciente con un ojo quemado. Dicha operación fue la primer cirugía que se considera como terapia celular y que utilizó membrana amniótica para restituir la integridad de la superficie de la córnea a través de la formación del epitelio anterior de la córnea. Fue la primera operación realizada en un hospital público, el Hospital Centenario con el equipo de médicos residentes que allí trabajan.

 

 

Por otra parte, en el 2006 se realizó un transplante autólogo de células madre de un ojo al otro del mismo paciente y fue la primera del país que utilizó Gel plaquetario autólogo, en reemplazo de las suturas convencionales. La misma se realizó a una persona de 71 años que presentaba un ojo quemado con cal, se tomó tejido del limbo esclero-corneal, que provee las células madre que producen el epitelio que recubre la córnea, del ojo cuya superficie ocular no estaba afectada pero estaba ciego por glaucoma y se transplantó en el ojo quemado.