Tecnología Colombia , Bogotá D.C., Lunes, 19 de julio de 2010 a las 12:06

Investigadores colombianos obtienen azúcares a partir de desechos de palma de aceite

Logran sacar un rendimiento de hasta el 75% de los residuos de palma

UN/DICYT Falta camino para que los azúcares contenidos en los desechos de la palma de aceite sean un producto comercial, pero en la universidad Nacional (UN) de Colombia ya se produce a nivel de laboratorio. El futuro promete. Yineth Piñeros, aspirante a doctora en Ingeniería Química y profesora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, con la dirección del profesor Mario Velásquez, del Grupo de Procesos Químicos y Bioquímicos de la UN, han logrado sacar un rendimiento de hasta el 75% de los residuos de palma para producir azúcares.


Ellos, desde hace unos cuatro años, desarrollan mecanismos tecnológicos que permitan aprovechar lo que queda de material vegetal luego de que es extraído el aceite. Se estima que del peso total de frutos de palma de aceite que se recogen en Colombia, entre 25% y 30% quedan como residuo.


Piñeros sostiene que hoy el concepto de 'residuo' hay que revaluarlo debido a que todas las industrias del mundo realizan esfuerzos para aprovechar el 100% de los materiales vegetales, para de esta forma obtener otras fuentes de energía o azúcares que pueden ser usados en diversos procesos industriales y alimenticios.


“Lo que hoy queda como residuo de la palma se utiliza para compostaje o es quemado para generar energía, pero son procesos que no son eficientes por completo, ni ambientalmente sostenibles. Esos materiales tienen un potencial muy grande, incluso mucho más allá que el de producir etanol, que es una de las opciones más estudiadas”, dice la futura doctora en Ingeniería Química.


La investigadora, que recientemente ganó el Premio Unesco-L’Oréal 2010 La mujer y la ciencia, está convencida de que el gran potencial de los residuos de palma de aceite está en la industria de los azúcares.
“Se pueden obtener azúcares para el sector biotecnológico, los solventes, los biopolímeros, extraer moléculas para crear alimentos para diabéticos, también para producir sustancias con actividad antioxidante. Siempre digo que es aprovechar toda la química de los lignocelulósicos”, agrega Yineth.


En la intrincada química de este material vegetal es donde, precisamente, está el reto para los científicos. El aceite, como tal, es sacado de unos pequeños frutos rojos (similares a los chontaduros) que crecen en racimos en las palmas. Cuando el aceite es extraído, quedan los cascarones vacíos, los cuales son ricos en azúcares.

 

Encapsulados


El problema es que esos azúcares están encapsulados en una estructura natural muy rígida compuesta por lignina, celulosa y lignocelulosa. La mayoría de los polímeros de estas sustancias son moléculas de glucosa y otros azúcares que están fuertemente asociadas, o sea que tiene unas estructuras químicas que están encadenadas, lo que hace difícil separarlas.


En el Doctorado, la tarea de la autora es ingeniar métodos que permitan romper esas estructuras y utilizar, de forma viable, los azúcares y glucosa allí contenidos. “Esto lo hacemos a través de tratamientos físicos, químicos o biológicos. Luego se obtiene un material que es llevado a hidrólisis, utilizando enzimas con las que se pueden cortar las cadenas internas de la celulosa y la lignocelulosa para producir los azúcares. En caso de que se quiera extraer etanol, se lleva a un proceso de fermentación”, explica Piñeros.


Si se tiene en cuenta que a la fecha Colombia produce cerca de dos millones de restos de palma de aceite y que hacia el 2020 llegará a los cinco millones, el futuro es promisorio. La estudiante de doctorado asegura que hoy la industria química alrededor del aceite de palma es mínima.


“Hemos dado pasos importantes, ahora está la alternativa de poder pensar en un proyecto más grande, de escalar el proceso; será un trabajo que tendrá que realizarse de forma conjunta entre muchas personas y muchos grupos de investigación”, concluye Yineth Piñeros.