Alimentación España , León, Lunes, 19 de marzo de 2007 a las 17:01

Investigadores de la Estación Agrícola Experimental del CSIC estudian la intoxicación del ganado vacuno por la ingestión de hojas de roble

Como consecuencia de la composición de taninos hidrolizables en los brotes jóvenes

MJF/DICYT El grupo de investigación de Nutrición y Sistemas Ganaderos de la Estación Agrícola Experimental de León, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, desarrolla un estudio sobre la intoxicación que sufre el ganado vacuno al ingerir hojas inmaduras de roble melojo, que se centra en el análisis de los factores que determinan la susceptibilidad de los animales a los taninos hidrolizables en los brotes jóvenes de este árbol. El objetivo final es desarrollar mecanismos de prevención contra esta afección, que puede llegar a causar la muerte de los animales.

Esta intoxicación se presenta repetidamente cada primavera en zonas de media montaña, debido al consumo de los taninos hidrolizables presentes en las hojas jóvenes del roble. Resultados preliminares del estudio sugieren que la ingestión de una cantidad relativamente elevada de hojas jóvenes de roble melojo, a pesar de su alto contenido de taninos, no resulta necesariamente tóxica para el ganado bovino cuando los animales no han sufrido previamente una subnutrición acusada.

 

En este sentido, el estudio analiza si la ingestión de una cantidad relativamente alta de hojas inmaduras (hasta 5 kilos por animal y día) resulta necesariamente tóxica o si el hecho de que los animales partieran de un estado corporal aceptable sería suficiente para evitar la dolencia, ya que aunque no hay ningún trabajo concluyente sobre la patogenia de esta afección, parece ser que los animales más afectados son aquellos con peor estado corporal.


Este proyecto del plan nacional, financiado por el Centro de Investigación Científica y Tecnológica (CICYT), se lleva a cabo en colaboración con los Departamentos de Sanidad Animal y Química Analítica de la Universidad de León y se encuentra en su tercer año de desarrollo. Su objetivo final es “es conocer en detalle la intoxicación para poder prevenirla”, explica el director de la Estación Agrícola Experimental y miembro de este grupo de investigación, Javier Giráldez, quien resalta que esta enfermedad puede llegar a causar la muerte de los animales.


Leche enriquecida


Otro de los proyectos que se realiza en la Estación Agrícola Experimental pretende modificar el perfil de los ácidos grasos de la leche de oveja, con el objetivo de incrementar el contenido de ácido linoleico conjugado (CLA) y algunos de sus isómeros. Esta investigación tiene una especial relevancia porque numerosos estudios recientes han demostrado los efectos beneficiosos de estos compuestos para la salud del consumidor. Con ello se pretende dar un valor añadido a la leche y a los quesos al dotarlos de propiedades saludables (efecto anticancerígeno, antiaterogénico, etc.).


El grupo de Nutrición y Sistemas Ganaderos también lleva a cabo estudios relacionados con el uso de aditivos naturales en la alimentación del ganado que no supongan ningún riesgo ni para el animal ni para el consumidor. Otra actividad investigadora, en relación directa con el sector productivo, es el estudio socioeconómico y técnico-productivo de las explotaciones ganaderas de ovino y vacuno.
Por su parte, el grupo de investigación de Parasitología de la Estación Agrícola Experimental desarrolla varias líneas de estudio relacionadas con el análisis de ciertos parásitos de los animales (por ejemplo Dicrocoelium dendriticum o Fasciola hepática), que suponen un riesgo de transmisión a los humanos.


Un instituto propio con una extensa trayectoria

La Estación Agrícola Experimental forma parte de la red de centros de investigación del área de Ciencias Agrarias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y fue creado en 1964. Desde entonces ha tenido distintas ubicaciones hasta ocupar su sede propia actual en la Finca Marzanas, en la localidad leonesa de Grulleros. Allí dispone de un edificio propio del CSIC compuesto por distintas dependencias entre las que se encuentran los laboratorios, una nave de experimentación de rumiantes, que cuenta con una superficie de 1.200 metros cuadrados y una superficie de terrenos de aproximadamente 24 hectáreas que forman parte de la Finca Marzanas, propiedad de Caja España y cedida al organismo científico.