Investigadores de la Universidad de León comprueban las ventajas del entrenamiento individual en la mejora física de los enfermos de esclerosis múltiple
María Jesús Fernández/DICYT “El ejercicio físico no les cura ni tampoco empeora su situación, pero mejora su condición física y reduce el deterioro que provoca la enfermedad”. Con estas palabras el profesor del Departamento de Fisiología de la Universidad de León, José Antonio de Paz, resume los resultados de las pruebas físicas que ha llevado a cabo el grupo de investigación que dirige durante los últimos años con enfermos de esclerosis múltiple, y que ahora sirven de base para un proyecto de investigación subvencionado por la Consejería de Sanidad que se divide en el diagnóstico y tratamiento neuropsicológico de cada enfermo y en un posterior entrenamiento individualizado de su fuerza, con el objetivo final de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por dicha enfermedad.
El proyecto cuenta con la colaboración del Servicio de Neurología del Hospital de León y la Asociación Leonesa de Esclerosis Múltiple, que se encargan de desarrollar la parte del estudio dirigida al diagnóstico y tratamiento neuropsicológico, en la que participan 50 enfermos de la provincia de León. La Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte es la encargada de la segunda parte del proyecto dedicada a los entrenamientos de fuerza, en la que participa una veintena de voluntarios.
Jose Antonio de Paz ha explicado a DICYT que este proyecto surge ante la escasa existencia de estudios y publicaciones sobre tratamientos físicos o sobre la situación física de los enfermos de esclerosis múltiple, que normalmente reciben tratamientos de carácter farmacológico. Sin embargo, estos pacientes requieren una rehabilitación física crónica que no les facilita la Seguridad Social, y cuya ausencia se quiere paliar mediante este proyecto a través de la creación de pautas de entrenamiento especializadas para estos enfermos que contribuyan a mejorar su calidad de vida.
Para ello, el estudio de los investigadores leoneses analiza la situación y las necesidades de cada enfermo mediante el diagnóstico y tratamiento neuropsicológico, ya que los afectados por esclerosis múltiple, además de los deterioros físicos, sufren alteraciones relacionadas con su sistema cognitivo, como una reducción de la capacidad de entendimiento, y trastornos de su estado de ánimo con cuadros de depresión que, sin embargo, han sido menos estudiados que las consecuencias físicas, según explica el coordinador del proyecto.
Fuerza
La segunda parte del proyecto dedicada al entrenamiento de la fuerza se basa en los resultados obtenidos con el diagnóstico de la situación de cada enfermo para realizar ejercicios específicos para ganar fuerza muscular, que en una primera fase incluyen autocargas durante 12 semanas, elásticos durante idéntico periodo de tiempo y, en una tercera fase, un tratamiento más intenso mediante máquinas de musculación, que se acompañan de pruebas de resonancia antes y después del tratamiento para analizar el grado de aumento de fuerza de cada ejercicio.
Estos ejercicios de fuerza se basan en los resultados obtenidos en los estudios realizados con anterioridad al proyecto como parte de dos tesis doctorales con las que se puso de manifiesto que los enfermos de esclerosis múltiple ganaban fuerza sin aumentar la masa muscular, algo que, según José Antonio de Paz, demuestra que "aunque el sistema nervioso de los enfermos está afectado, hay una respuesta del mismo que se adapta a esos ejercicios físicos".
Aunque el proyecto ha sido aprobado dentro de los presupuestos de la Junta de Castilla y León de este año con una subvención de 12.000 euros, se lleva desarrollando desde el año pasado, y a las pruebas realizadas hasta el momento se sumará un entrenamiento para mejorar el equilibrio que se realizará el próximo día 6 de noviembre. La duración inicial del proyecto es hasta finales de este año con posibilidad de prórroga para continuar las líneas de estudio.