Ciencia Perú , Ancash, Miércoles, 27 de abril de 2011 a las 17:20

Investigadores identifican las piezas de tejido más antiguas de América del Sur

El estudio permite ajustar la fecha del primer asentamiento humano en Perú y ampliar el conocimiento sobre la adaptación a las tierras altas

Eva Aguilar/DICYT Un grupo de investigadores ha determinado la antigüedad de pedazos de tejido y cuerdas encontrados hace 30 años en la Cueva del Guitarrero en Perú, según explican en un artículo publicado en la edición de abril de la revista Current Anthropology. Utilizando el método de datación por carbono radioactivo, los autores del estudio han llegado a la conclusión de que los restos de tejido datan de hace unos 12 mil años, lo que los convierte en las piezas textiles más antiguas encontradas hasta el momento en América del Sur.

 

La Cueva del Guitarrero es un sitio arqueológico ubicado en el valle del Callejón de Huaylas, en la Cordillera de los Andes, dentro del Departamento de Ancash, Perú. La cueva es considerada por los especialistas como el asentamiento humano más antiguo de la región andina y en ella se han encontrado restos fósiles y de herramientas del Periodo Lítico de Perú, así como de plantas y cultivos, preservados en buen estado gracias a la ausencia de humedad en la cueva. El hallazgo de estos restos permitió determinar que la cueva podría haber sido ocupada por primera vez hace 12 mil años o incluso antes.

 

Las piezas de tejido halladas en Guitarrero hace tres décadas –y que según los investigadores podrían haber sido utilizadas para fabricar cestas y bolsas, así como alfombras y mantas rústicas–, no habían sido datadas hasta ahora. De acuerdo con Edward Jolei, arqueólogo del Mercyhurst College (Pennsylvania, Estados Unidos) y líder del estudio recién publicado, existía una polémica entre los científicos sobre si en realidad estas pertenecían al mismo periodo que los otros objetos encontrados en la cueva. Dado que esta ha estado expuesta a frecuentes perturbaciones geológicas y de origen humano, era posible que los pedazos de tejido pertenecieran a grupos de personas que la ocuparon en épocas recientes.

 

Por otra parte, los investigadores temían que información previa obtenida mediante datación de carbono a partir de huesos, obsidiana (roca volcánica con la que se fabricaban objetos cortantes) y carbón no fuera del todo acertada, ya que estos elementos, aseguran, no siempre generan fechas correctas. Según Jolie, el carbón, especialmente, tiende a producir información que sobreestima la antigüedad de los sitios.

 

"Al datar las piezas textiles, hemos podido confirmar la antigüedad del lugar y ajustar los cálculos de las primeras ocupaciones en las tierras altas andinas", señaló Jolie.

 

El investigador y su equipo descubrieron que, efectivamente, los tejidos tienen entre 12,100 y 11,080 años de antigüedad.

 

Adaptación al medio y el papel de las mujeres

La Cueva del Guitarrero se encuentra a 2580 metros sobre el nivel del mar y, por los restos encontrados en ella, se sabe que fue utilizada como campamento provisional mientras se llevaban a cabo incursiones de caza en las montañas.

 

"La ubicación de la Cueva del Guitarrero a una altura menor y en un ambiente más templado en comparación con la llanura de la altiplanicie andina, la convierte en el lugar ideal para establecer campamentos humanos desde los que proveerse para las excursiones hacia terrenos mucho más elevados", dicen los autores en el informe.

 

Estas primeras incursiones en las montañas fueron el precedente de los asentamientos que se establecieron después, cuando el clima ya era más cálido y los pobladores tuvieron la oportunidad de adaptarse a vivir en las alturas.

 

"Los resultados [de este estudio] tienen repercusiones no solo en el establecimiento de las fechas de las colonizaciones de las tierras altas, sino también en el entendimiento de las adaptaciones tecnológicas que hicieron que esto fuera posible y en la identificación del género de los cazadores-recolectores que desarrollaron dicha tecnología", dicen los investigadores.

 

Y es que por mucho tiempo se ha pensado que los protagonistas de estas primeras excursiones a las montañas eran únicamente hombres. Sin embargo, Jolie y su equipo piensan que el hecho de que atados (fardos) de material extraído de plantas fueran encontrados en la cueva y sabiendo el papel que desempeñan las mujeres en la producción de cestas y piezas textiles en otras culturas, existe una gran posibilidad de que estas también hubieran formado parte de aquellas incursiones de caza y recolección.

 

"Dados los efectos dañinos que tiene la altura en la salud reproductiva de las mujeres, la participación femenina en los primeros viajes a las tierras altas en busca de alimento, probablemente facilitó la adaptación biológica a desencadenantes de estrés fisiológico, lo que aceleró el establecimiento de asentamientos permanentes hacia el año 10,500 antes de nuestra era", señalan los investigadores.

 

Sin embargo, advierten los autores, la suposición de que las mujeres participaron en el desarrollo de los primeros asentamientos en elevaciones mayores de la Cordillera de los Andes aún debe ser confirmada.