Salud España , Valladolid, Martes, 01 de diciembre de 2009 a las 17:05

Investigadores vallisoletanos desarrollan nanosensores para comprobar el estado de células

Determinar la eficacia de tratamientos o detectar situaciones metabólicas especiales, como tumores o hipoxia, son algunas de sus aplicaciones

Cristina G. Pedraz/DICYT Investigadores del Grupo Bioforge de la Universidad de Valladolid desarrollan nanosensores que permiten determinar el estado de células y de algunos compartimentos específicos de las mismas. Se trata de un trabajo “pionero” a nivel europeo que permite, por ejemplo, comprobar la eficacia de tratamientos o detectar situaciones metabólicas especiales en las células, como tumores o hipoxia (cuando las células de un tejido no reciben adecuadamente el oxígeno). José Carlos Rodríguez-Cabello, responsable del Bioforge, ha detallado en declaraciones a DiCYT el funcionamiento de estos nanosensores.

 

“Un sensor que tiene que determinar o monitorizar el estado de una célula o de un orgánulo sin perturbarlo tiene que ser primero muy pequeño. Es necesario que tengan esas escalas nanométricas. La célula es muy pequeña y el sensor lo tiene que ser mucho más”, recuerda el investigador, quien añade que la idea es que además sean “funcionales”. El objetivo, subraya, es que el nanosensor permita estudiar las células o los tratamientos que le aplican “en tiempo real y sin que él mismo altere o dañe a la célula”.

 

Por eso, califica de “esencial” su pequeño tamaño, lo cual representa “el reto fundamental”. “Tener un sensor y que funcione con ese tamaño tan minúsculo es ciertamente una tarea nada fácil”, insiste. Para llevar a cabo este desarrollo, los científicos han imitado algunos comportamientos observados “en moléculas naturales que aparecen en los seres vivos con ese tipo de característica” y los han incorporado a sus materiales.

 

De esta forma, pueden detectar cuando una célula se encuentra en una situación metabólica especial, como es el caso de los tumores. Desde hace décadas, los especialistas tienen constancia de que el metabolismo, la forma en que la célula obtiene y procesa nutrientes para continuar su actividad, es diferente en las células tumorales. Así, el dispositivo puede ser utilizado para el diagnóstico de este tipo de enfermedades y también para la monitorización.

 

Pioneros a nivel europeo

 

Tal y como reconoce José Carlos Rodríguez-Cabello, los años de “esfuerzo” del grupo en colocarse en una posición de liderazgo a nivel internacional han propiciado que, en estos momentos, el Bioforge tenga un estatus de “pionero”. En el ámbito europeo, asegura, aún no existe mucha competencia, la cual se concentra principalmente en Estados Unidos. No obstante, los grupos que trabajan en este sentido en Norteamérica “hacen cosas parecidas, pero no iguales”.

 

Así, el Bioforge trabaja “un pasito por delante” del resto de grupos de investigación en esta materia, aunque los diversos artículos científicos que han publicado han llamado la atención de otros equipos y ya hay gente que se está sumando. Esta situación de “liderazgo” ha animado al grupo a constituir una spin-off, una empresa de base tecnológica que trabajará en el ámbito biomédico.


De hecho, Matilde Alonso, José Carlos Rodríguez-Cabello y Francisco Javier Arias, miembros del Bioforge y además profesores de la Universidad de Valladolid, obtuvieron el tercer premio del concurso Campus Emprende para fomentar la generación de ideas empresariales en el entorno universitario, el cual contempla una bolsa de servicios valorada en un máximo de 9.000 euros para poner en marcha su proyecto de negocio. Su proyecto empresarial se basa en la comercialización de dos líneas de productos basados en nuevos materiales y dirigidos al sector biomédico, polímeros no derivados del petróleo y de una elevada biocompatibilidad.