Ciencia España , Salamanca, Viernes, 26 de marzo de 2004 a las 23:13

Jaime Miquel Calatayud, ex jefe de Patología Experimental de la NASA, desvela algunas claves de la Biomedicina Espacial

En las 'II Jornadas Planetarias' que organiza la Universidad de Salamanca

AVPR/DICYT Jaime Miquel Calatayud ha sido el precursor de los estudios que la NASA ha desarrollado para determinar cómo afecta al proceso de envejecimiento la falta de gravedad a la que se ven sometidos los astronautas, y esta mañana ha compartido su experiencia y sus investigaciones con los asistentes a las II Jornadas Planetarias que organiza el Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca y que se clausurarán mañana a las dos de la tarde.

Calatayud, quien ha desarrollado casi toda su labor investigadora en Estados Unidos, advertía que "la aplicación de los estudios que se desarrollaron desde 1978 para conocer cómo se produce el envejecimiento celular en condiciones de gravedad cero, así como en condiciones habituales, han aportado muchas de las claves para el tratamiento de numerosas enfermedades relacionadas con el deterioro que se produce en los seres humanos con el paso del tiempo.

 

"En aquella época", explicó el experto, "pudimos determinar con el estudio de modelos animales como el de la drosophila (un tipo de mosca muy utilizada en estudios biomédicos) y el de los ratones, que gran parte de los problemas que sobrevienen a un organismo cuando envejece están motivados por el consumo de oxígeno" señaló el profesor Calatayud. De esta manera, cuanto más oxígeno consume un organismo, más rápidamente envejece.

El oxígeno, tal y como explicó Jaime Miquel Calatayud, forma parte del combustible que necesitan las células del cuerpo para vivir; éste se procesa en las mitocondrias, que son unos orgánulos presentes en el interior de las células, y de este proceso, necesario para el buen funcionamiento del organismo, se desprenden radicales libres.

Envejecimiento celular

 

En la respiración se consume oxígeno y se generan moléculas ATP (Adenosina Trifosfato, que distribuye la energía por el organismo) resultando dióxido de carbono y agua como residuos. Pero este proceso no es perfecto, ya que se producen también otras moléculas contaminantes: las Especies Reactivas del Oxígeno (EROs). Entre el 1 y el 3% del oxígeno que respiran nuestras células al oxidar sus sustratos se transforma en EROs, que, o bien son radicales libres, o bien llevan a su formación. Los radicales libres son capaces de dañar el ADN y por tanto las células, propiciando la aparición de tumores y mutaciones y acelerando el envejecimiento.

Los resultados de muchos de estos análisis "no se hubiesen podido llevar a cabo sin la colaboración de los astronautas rusos, quienes accedieron en plena Guerra Fría a trasportar en sus misiones espaciales algunos de estos experimentos" aseguró el profesor Calatayud, a la vez que no desaprovechó la oportunidad para reclamar experimentos más complejos "como el que supondría criar una colonia de ratones en la Estación Espacial Internacional para analizar las consecuencias que el medio espacial tiene sobre la reproducción y el desarrollo de mamíferos". Un reto que Jaime Miquel Calatayud deja ya para las nuevas generaciones de científicos.