Salud España , Salamanca, Miércoles, 28 de enero de 2015 a las 15:01

Joan Seoane elogia la investigación oncológica española, que pasa por un momento “delicado”

El director de Investigación Traslacional del Vall D’Hebron Instituto de Oncología recogió el IV Premio Nacional en Cáncer Doctores Diz Pintado y abogó por proteger las inversiones en ciencia

JPA/DICYT Joan Seoane, director de Investigación Traslacional del Vall D’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona, ha recibido hoy el IV Premio Nacional de Investigación en Cáncer Doctores Diz Pintado, otorgado por la Fundación para la Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca, en el transcurso del acto académico organizado por la Universidad de Salamanca con motivo de la fiesta de Santo Tomás de Aquino, patrón de la educación superior. Sus contribuciones al estudio de tumores cerebrales y de las células madre tumorales han merecido este reconocimiento, destinado a premiar el trabajo de jóvenes investigadores españoles en el campo de la oncología.

 

El galardón “me llena de motivación para seguir adelante con mi trabajo”, afirmó Seoane en declaraciones a los medios de comunicación recogidas por DiCYT, un trabajo que pasa por “entender una enfermedad muy compleja y heterogénea, porque el cáncer es diferente en cada paciente”.

 

Por eso, su grupo de investigación pretende lograr una “medicina de precisión” en la que se tengan en cuenta las características de cada paciente para lograr mejores diagnósticos y nuevas dianas terapéuticas a las que dirigir los tratamientos adecuados.

 

Seoane aseguró que España tiene un nivel de investigación muy bueno en cáncer, nivel que se mantiene a pesar de los recortes. “Ahora estamos en un momento delicado y se podría perder lo conseguido si no seguimos apoyando la investigación”, aseguró, mostrándose partidario de un pacto de Estado por la ciencia, ya que en su opinión esta materia es imprescindible para el desarrollo económico de un país.

 

Con respecto a la lucha contra el cáncer, se mostró optimista. “Sólo tenemos que mirar atrás, hace 10 era incurable y ahora hemos avanzado, siempre teniendo en cuenta que se trata de muchas enfermedades muy diferentes y específicas, no vamos a llegar a curar todo el cáncer, pero sí daremos pequeños pasos adelante”, comentó.

 

En concreto, el grupo de investigación que dirige está especializado en el glioblastoma, un tumor cerebral bastante frecuente, y para su estudio, “el desarrollo de la secuenciación de ADN está permitiendo entender los mecanismos que están desregulados”, de manera que los expertos pueden “ver en cada paciente qué es lo que funciona y lo que no”. A partir de ahí los diagnósticos podrán ser más precisos y la tarea es generar un arsenal de tratamientos, de forma que cada caso pueda abordarse con la mejor terapia posible. Además, Seoane ha podido extrapolar sus resultados a otros tipos tumorales y comprobar si algunos de los mecanismos estudiados son más o menos transversales en cáncer.

 

“Líder mundial en su campo”

 

Eugenio Santos, director del Centro de Investigación del Cáncer, aseguró que Seoane es “líder mundial en su campo” desde que estudió el control de la proliferación celular al inicio de su carrera. Identificar las células que dan origen al glioblastoma para poder atacar este tipo de tumor ha sido uno de los logros que anteriormente le han otorgado otros importantes reconocimientos.


Dentro de la trayectoria postdoctoral de Seoane en el Estados Unidos destacó su alto impacto de publicaciones como primer autor, además fue reconocido con el premio Memorial Sloan-Kettering Cancer Center Research Fellow award. En 2004, se estableció creando un grupo de investigación en Barcelona en el Instituto de Investigación del Hospital Universitario Vall D’Hebrón (entidad que pasó a ser en 2008 el Instituto de Oncología Vall D’Hebrón).

 

Por su parte, Juan Manuel Corchado, vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca, destacó el gran número de publicaciones del premiado, su impacto y sus referencias. Además, valoró especialmente el carácter de investigación traslacional que tiene su trabajo, puesto que no se queda en la búsqueda de los mecanismos moleculares que explican la enfermedad, sino que trata de trasladar los resultados a los pacientes en la práctica clínica.