Ciencias Sociales España , Valladolid, Miércoles, 29 de septiembre de 2004 a las 19:08

La aplicación del Espacio Europeo de Educación Superior también incidirá en los centros tecnológicos adscritos a las universidades

Continúan las jornadas sobre el Acuerdo de Bolonia en la Escuela de Ingenieros de Valladolid

BGA/DICYT Las jornadas Implicaciones del proceso de convergencia europea en la Ingeniería, que están teniendo lugar esta semana en la Escuela de Ingenieros de la Universidsd de Valladolid, abordaron esta mañana los cambios que supondrán los acuerdos de Bolonia para las tareas investigación y desarrollo de las universidades y de los centros tecnológicos adscritos a ellas, que deberán modificar algunos aspectos fundamentales de sus dinámicas de trabajo para pode adaptarse.

En este sentido, el director de Investigación y Desarrollo (I+D) de Cartif, Enrique Baeyens, ha señalado a DICYT que desde la entidad que representa se pide a los investigadores que “tengan una formación sólida de base matemática que les permita adaptarse a los diferentes tipos de proyectos”, por lo que el Espacio Europeo de Educación Superior acordado en Bolonia (que reorganiza los sistemas universitarios de la Unión Europea, e incide especialmente en las ingenierías en el caso español) implican en principio cambios en sus estructuras, ya que obligan a una mayor especialización en los primeros ciclos delas carreras “aunque aún no sabemos qué problemas nos puede crear”.

En este sentido, también ha indicado que “seguramente habrá que crear equipos multidisciplinares frente a los que tenemos ahora, que se pueden considerar todoterreno, ya que se acomodan a diferentes proyectos, el nuevo marco podrá necesitar una nueva filosofía de trabajo” ya que asegura que habrá que hacer reformas, aunque “yo creo que no tiene porque ser malo”.

Sin embargo, Baeyens cree que la aplicación de los acuerdos de Bolonia, “posiblemente implique que el profesional esté menos valorado, porque tendrá menos capacidad de adaptación y salarialmente podría no estar igual de considerado, por lo menos hasta que tenga una formación más sólida, lo que implicará que los centros como el nuestro deban dedicar más costes a la formación de los investigadores”.

El director de investigación de Cartif también apuntó que su centro mantiene en estos momentos profesionales muy versálites “para los que resulta fácil adaptarse y resolver problemas multidisciplinares, y quizá sería conveniente conservarlos”, sin embargo, augura un posible modelo para los nuevos equipos de investigadores que se crearán tras la puesta en marcha de los acuerdos de Bolonia, y señala que podrían estar integrados por un investigador con una formación matemática y de ciencias básicas más fuerte, que coordine el equipo y, después, el resto del personal serán científicos más especializados.

El papel del doctorado

Por otro lado, el presidente de la Comisión de Doctorado de la Universidad de Valladolid, Luis Abia, participó en el debate y se encargó de esclarecer cuál será el papel del doctorado como tercer ciclo tras la puesta en marcha de las reformas. En ese momento, este será el ciclo que se dedique a la formación de los investigadores y deberá combinarse con los masters para acercar la investigación al desarrollo e innovación. “Yo lo veo como un paso en la formación de los investigadores, pero creo que va a permitir acercarse a la formación investigadora y los procesos de I+D que requiere la industria”, señala.

Luis Abia señala que el doctorado, en cuanto a su estructura, no cambiará mucho, y habrá un periodo de formación previo que se encuadrará en los masters. Además, señaló algunos aspectos que se verán mejorados, como el reconocimiento institucional de la actividad docente de los profesores durante el doctorado, la internacionalización de los estudios, mediante intercambios que contribuirán a la competitividad y, por último, se mantendrá la defensa de la tesis como proyecto de investigación original.