Tecnología España , Salamanca, Miércoles, 01 de junio de 2016 a las 15:18

“La biotecnología será un instrumento importante para el desarrollo sostenible de Iberoamérica”

El nicaragüense Pedro Álvarez, investigador de la Rice University de Houston (Texas, Estados Unidos) es uno de los conferenciantes más destacados del congreso BIO.IBEROAMÉRICA 2016, que arranca el próximo domingo en Salamanca

JPA/DICYT El próximo domingo, 5 de junio, comienza el primer Congreso Iberoamericano de Biotecnología BIO.IBEROAMÉRICA 2016 ‘Biotecnología Integrando Continentes’. A lo largo de cuatro días, investigadores de las diversas ramas de la biotecnología se darán cita en Salamanca. Uno de los conferenciantes plenarios más destacados de este encuentro internacional será Pedro Álvarez, científico nicaragüense de la Rice University de Houston (Texas, Estados Unidos) que ha dedicado buena parte de sus investigaciones a desarrollar nuevos métodos para suministrar agua potable a la población.

 

Su intervención estará centrada en la importancia del agua para la salud pública y el desarrollo económico. “La convergencia de la nanotecnología con la biotecnología puede ayudarnos a desarrollar procesos avanzados de tratamiento descentralizado del agua para proveer ayuda humanitaria, responder a emergencias, revitalizar nuestra infraestructura urbana de potabilización de agua, proteger la salud pública y facilitar el desarrollo sostenible”, afirma el experto, que es director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental en su universidad y es fundador de la Academia de Ciencias de Nicaragua.

 

En la conferencia, explicará cómo los nanomateriales interactúan con sistemas biológicos, lo cual es importante para desarrollar procesos de desinfección más eficientes y para mitigar consecuencias imprevistas no deseadas. Las aportaciones que ha realizado Pedro Álvarez en este campo le permitieron ganar el prestigioso Premio Clarke, que otorga el Instituto Nacional de Investigación del Agua de Estados Unidos.

 

A lo largo de su trayectoria, ha realizado importantes contribuciones a la limpieza de lugares contaminados con desechos peligrosos y a la protección de la calidad del agua. Por ejemplo, ha desarrollado nuevas estrategias para estimular la biodegradación de sustancias toxicas en acuíferos contaminados. También ha analizado los mecanismos por los cuales los biocombustibles como el etanol aumentan el alcance de los derrames de gasolina y la resistencia a antibióticos en plantas de tratamiento de aguas. Asimismo, su equipo ha decidido usar las extraordinarias propiedades catalíticas, fotónicas y magnéticas de algunos nanomateriales para desinfectar el agua sin los "daños colaterales" que causan el cloro y el ozono y ha estudiado cómo los nanomateriales interactúan con bacterias que son la base de los ecosistemas.


El reto del cambio climático


Toda esta experiencia hace que Pedro Álvarez tenga un profundo conocimiento sobre los desafíos medioambientales a los que se enfrenta la humanidad en los próximos años, especialmente, el cambio climático. “Es un gran reto en muchas dimensiones, incluyendo la seguridad hídrica, pues está exacerbando la escasez de agua dulce con sequías más frecuentes e intrusión salina de los acuíferos cercanos a las costas”, advierte. Por eso, reclama una mayor proactividad para mitigar el cambio climático y adaptarse a él, es decir, “eludir lo inmanejable” y “manejar lo ineludible”, respectivamente.

 

“Nosotros estamos usando a la nanotecnología para desarrollar reactores que serán compactos y fáciles de desplegar, y con capacidad de tratar aguas de todo tipo, incluyendo agua del mar, para dar acceso a fuentes no convencionales de una manera económica. Estos reactores nos ayudaran a adaptaros al cambio climático y serán como los teléfonos celulares de la industria del agua en el sentido de proveer servicio con poca infraestructura”, explica el experto.

 

En su opinión, las investigaciones más relevantes desde el punto de vista práctico, y más interesantes desde el punto de vista intelectual, son las interdisciplinares. Con respecto al agua, sería deseable un manejo integral, encontrando oportunidades para su reutilización y minimizando el uso de energía. Por otro lado, “el desarrollo de nuevos materiales, muchos de ellos biomiméticos, puede permitirnos potabilizar más económicamente agua de fuentes no convencionales”.


Agregar valor a los recursos naturales


Con respecto al congreso BIO.IBEROAMÉRICA 2016, que congrega a expertos de diversos países, Pedro Álvarez considera que la biotecnología va a ser un elemento fundamental para la región latinoamericana. “La biotecnología será un instrumento importante para nuestro desarrollo sostenible, nos ayuda a construir una economía basada en el conocimiento para darle valor agregado a nuestros recursos naturales”, afirma. Además, “puede ayudarnos a explotar nuestra rica biodiversidad y a contribuir a la seguridad alimenticia, así como a producir biocombustibles y medicinas y, por supuesto, también a reciclar aguas para aumentar la seguridad hídrica”.

 

Aunque este científico nicaragüense ha desarrollado su carrera en Estados Unidos, considera que “no es absolutamente necesario emigrar, pues en Latinoamérica hay muchas universidades y centros de investigación con excelentes programas en biotecnología”, aunque “ayuda mucho tener una perspectiva internacional sobre todo la adquirida en países donde la ciencia y la ingeniería en general están más avanzadas”. Además, “existe el síndrome de que nadie es profeta en su tierra, y es más fácil ser reconocido localmente cuando uno tiene éxito en el extranjero”.


El potencial biotecnológico de Iberoamérica


En su opinión, Iberoamérica destaca en biotecnología agrícola, dada la ventaja competitiva de poseer casi la cuarta parte de la tierra productiva del planeta. “También hemos desarrollado procesos avanzados de fermentación, por ejemplo, la producción de biocombustibles como el etanol y el biodiésel”. Finalmente, “tenemos centros de excelencia para producir biofármacos incluyendo vacunas, y en biotecnología ambiental destacamos en procesos anaerobios para tratar aguas servidas y lodos”.


Todo este potencial de la biotecnología habría que aprovecharlo desde el punto de vista económico, puesto que “puede generar empleos y divisas”, pero también por su contribución a la seguridad alimenticia, para “aumentar la producción de comida y su valor nutritivo” y a la salud pública, porque la biotecnología produce antibióticos, vacunas y toda clase de medicamentos.

 

La importancia del congreso


La celebración de este congreso puede suponer un hito importante para proyectar la biotecnología iberoamericana. Además la creación de una federación de sociedades de biotecnología iberoamericanas, que saldrá de esta cita, es “una idea excelente para compartir conocimientos y prácticas, servir como un foro para desarrollar estrategias conjuntas de producción y exportación y ayudar a desarrollar un ecosistema regional de innovación”, afirma el científico de la Rice University.

 

BIO.IBEROAMÉRICA 2016 se celebra entre el 5 y el 8 de junio de 2016 en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León y está organizado por la Universidad de Salamanca, la Sociedad Española de Biotecnología (SEBiot) y la Sociedad Portuguesa de Biotecnología (SBPT), con el apoyo de la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, la Sociedad Colombiana de Biotecnología y la Sociedad Brasileña de Biotecnología, además de algunos centros y grupos de investigación de Argentina, Chile, Costa Rica y otros países de Iberoamérica.