Alimentación España Ponferrada, León, Mi茅rcoles, 28 de abril de 2010 a las 12:18

La cuenca del Sil presenta peque帽as poblaciones de tejos con posibilidades de regeneraci贸n

La Universidad de Le贸n avanza que el abandono de las actividades ganaderas puede ser una ventaja para la recuperaci贸n de este 谩rbol

AMR/DICYT Son pequeñas poblaciones que han sobrevivido a la actividad agrícola y ganadera tradicional y ahora tienen la posibilidad de regenerarse. Éste es, de forma resumida, el estado de las tejedas que pueblan la cuenca del Sil, entre las provincias de León, Orense y Lugo. Un estudio de acercamiento de personal del campus de Ponferrada de la Universidad de León ha permitido conocer la situación actual de las poblaciones de tejo, un árbol simbólico para las culturas celtas e indicador de biodiversidad. El trabajo científico apunta como "gran ventaja" para la regeneración de esta especie arbórea el abandono del medio rural, especialmente en las zonas de montaña de las actividades ganaderas.

 

"Ha sido un primer contacto con las tejedas para conocer si tienen futuro", explica a DiCYT Luz Valbuena, una de las autoras del estudio. Tras este tanteo, los científicos de la Universidad de León (en el equipo se incluyen ecólogos, biólogos e ingenieros agroforestales) quieren estudiar "la dinámica poblacional" de estas tejedas, generalmente masas de unas decenas de ejemplares. La recopilación de los datos se realizó durante el curso 2009-2010 para presentarlos en las últimas Jornadas Internacional sobre el Tejo, celebradas en marzo en Ponferrada.

 

Los autores apuntan que "es raro encontrar al tejo como especie dominante formando masas mono específicas", por lo que suele aparecer como acompañante de otras especies como el roble, el acebo o el abedul, especialmente en las cabeceras de los principales ríos de la cuenca, esto es, en montañas de las provincias de León (Ancares, Aquilianos, Laciana y Gistredo), Orensa (Peña Trevinca) y Lugo (Caurel). Los investigadores destacan las tejedas de Villablino, Vega de Espinareda, Palacios del Sil, Ponferrada, Carballeda de Valdeorras, Folgoso del Caurel, el pequeño bosque que forma en O Teixedal de Casaio y los tejos de Devesa de la Rogueira del Caurel (Lugo).

 

Recuperación y peligros

 

En el trabajo de campo se analizó el tamaño poblacional (número de ejemplares de cada tejeda) y se realizaron anotaciones dendrométricas de cada árbol, midiendo la altura, el estado de desarrollo, el diámetro basal, entre otros parámetros. "Encontramos tejos de diferentes tamaños, desde 10 y 15 centímetros a 50 y 60, lo que muestra la recuperación de la especie", apunta Valbuena. La experta apunta que no existe "un patrón específico de distribución", y apunta que, en ocasiones, encontraron tejedas con un "árbol madre en el que debajo de él se distribuía el resto de la población". Asimismo, hayaron poderosos ejemplares, "de entre seis y siete metros de diámetro, más grandes que el tejo de San Cristóbal de Valdueza", que posee la categoría de árbol singular.

 

Árbol de crecimiento lento, el tejo se encuentra amenazado por varios factores. La primera pertubación ha sido tradicionalmente la actividad agrícola y ganadera. El retroceso de estos usos ha permitido la regeneración en algunas zonas. "Hemos encontrado algún caso en Aquilianos de alguna tejeda que estaba situada en un lugar de tránsito de ganado que empieza a recuperarse", indica Valbuena. Otro de los peligros a los que se enfrenta son los incendios forestales. Los expertos apuntan a que el tejo tiene gran capacidad de rebrote, pero se ve gravemente dañado por el fuego. Por este motivo, es fácil encontrarlo resguardado en orillas de los ríos o en escarpes rocosos. La actividad minera, que ha sido muy agresiva con el medio, ha provocado también retrocesos en las tejedas, por ser estas un obstáculo para el transporte de los materiales. También, apuntan los investigadores, malentender el turismo verde puede ocasionar "graves impactos".