Salud España Ávila, Ávila, Miércoles, 10 de marzo de 2010 a las 18:53

La incidencia del cáncer de pulmón en Ávila baja un 10% en cinco años

El neumólogo y presidente de la Sociedad Castellano Leonesa y Cántabra de Patología Respiratoria incide en la estrecha relación de este cáncer con el tabaco, en Ávila el 92% de los casos

MEG/DICYT El doctor especialista en Neumología del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles Jesús Hernández, presidente de la Sociedad Castellano Leonesa-Cántabra de Patología Respiratoria (Socalpar), detalló hoy en el hospital abulense el contenido de un estudio sobre la incidencia del cáncer de pulmón en Castilla y León y Cantabria en 2007 que ha sido publicado en Archivos de Bronconeumología, una revista de ámbito internacional. El informe, realizado a partir del esfuerzo de 68 neumólogos y cirujanos torácicos, 6 de ellos de Ávila, pone de relieve la “estrechísima relación” del cáncer de pulmón con el consumo de tabaco. 

 

En concreto, si en Ávila se diagnosticaron 80 pacientes en ese 2007 (72 hombres y 8 mujeres), el 92'3% de ellos habían sido consumidores de tabaco, el 97% en el caso de los hombres y el 33% de las mujeres, aunque habían dejado el tabaco antes del diagnóstico el 41'6% del total. La media de pacientes fumadores en Castilla y León se quedó algo por debajo, en el 90%, un 96% en hombres y un 47'7% en mujeres. “El cáncer de pulmón se trata muy mal, porque apenas logramos salvar la vida a 1 de cada 10, pero se previene muy bien: si la gente no fumara, esta problemática casi no existiría”, subrayó el especialista.

 

La tasa bruta de incidencia en Ávila en 2007 fue de 47'4 casos por 100.000 habitantes, algo superior a la media regional (45%), también en el caso de la masculina, del 84% en Ávila (el 80% en la región), no así en la de mujeres, que fue inferior (9'5% en Ávila y 10,5% en la región). Este desequilibrio en sexos se debe, apuntó el especialista, a que “ahora estamos viendo los cánceres que se originaron en el consumo de tabaco de los años 80”, cuando “los hombres fumaban más que las mujeres”, con tasas del 50%, mientras que las mujeres llegaron a su cota más alta en 2002, aunque con una tasa del 27%, casi la mitad. Por ello, continuó, “es de esperar que la incidencia en las mujeres siga siendo inferior, al menos durante un tiempo”.


La incidencia en el cáncer de pulmón bajó en Ávila de 2002 a 2007 un 10%, un 5'7% en los hombres y un 40% en las mujeres. Con todo, Hernández hizo hincapié en que el dato de las mujeres no es demasiado fiable por tratarse de pocos casos, apenas 8, y porque en el conjunto de la región y el país está subiendo. “No es una conclusión definitiva, pero la impresión es que en los hombres sí puede estar bajando en Ávila”, mientras que “en las mujeres no me atrevería a decirlo” por esos pocos casos. Ese descenso, insistió, “hay que tratarlo con cautela”.

 

El especialista en Neumología afirmó que el cáncer de pulmón es el tipo que produce mayor mortalidad en España (uno de cada fallecimientos por cáncer es de pulmón). “Si en Ávila tenemos 80 casos al año”, dijo, “sólo se curarán alrededor de 8”.

 

El neumólogo también puso de relieve que Castilla y León está por encima de la media española en mortalidad, porque los estudios sobre incidencia no se pueden comparar, dijo. Preguntado por la explicación científica de este dato, dijo que “aún no lo sabemos” porque no hay cifras de tabaquismo de los años 50, 60 ó 70 y “no podemos decir que aquí se fumaba más que en el resto de España”. Además, “Castilla y León no es una región muy industrializada”, indicó en referencia a que la incidencia pudiera deberse a ese 10% que no se achaca al tabaco, sino a “factores ocupacionales y la exposición al amianto y otros productos químicos”.

 

En cualquier caso, insistió en la importancia de endurecer la ley para restringir el consumo de tabaco en lugares públicos también por las negativas consecuencias del fumador pasivo. “Una de cada cuatro personas que no fuman y que están expuestas al humo de tabaco tendrá cáncer de pulmón”, aseguró, lamentando asimismo los efectos del tabaquismo pasivo en los niños, que genera “neumonías, otitis y amigdalitis”, entre otras enfermedades.