Salud España , Salamanca, Martes, 03 de febrero de 2009 a las 16:07

La investigaci贸n en enfermedad celiaca apuesta por terapias farmacol贸gicas y detecci贸n prenatal

La Asociaci贸n de Celiacos de Castilla y Le贸n promocionar谩 campa帽as de sensibilizaci贸n junto con la Universidad de Salamanca

JPA/DICYT Las líneas de investigación en enfermedad celiaca, además del desarrollo de alimentos sin gluten, apuestan por la detección prenatal en sangre de la posibilidad de sufrir el problema, así como por nuevas terapias farmacológicas que eviten los efectos de la ingesta del gluten en las personas que tienen intolerancia. Así lo ha explicado hoy Pilar de Antón Pérez, representante de la Asociación de Celíacos de Castilla y León, que ha firmado un convenio con la Universidad de Salamanca con el objetivo de mejorar la sensibilización de la sociedad hacia esta patología.

 

La enfermedad se caracteriza por la atrofia de las vellosidades intestinales provocada por la ingesta de gluten, algo que podría solucionar en parte un estudio clínico desarrollado en Italia que consiste en ingerir un compuesto en forma de pastilla que impediría la absorción de las moléculas del gluten que resultan perjudiciales. Sin embargo, Pilar de Antón Pérez se ha mostrado cauta a pesar de que los primeros ensayos clínicos han sido positivos, puesto que "el grado de tolerancia es muy diferente entre unos pacientes y otros", ha subrayado en declaraciones recogidas por DiCYT.

 

Otra posibilidad de evitar la enfermedad en el futuro son los análisis de sangre en cordón umbilical, cuyos resultados podrían adelantar la predisposición genética a sufrirla. Si se logra determinar dicha predisposición, la solución pasaría por iniciar la ingesta de gluten antes de lo normal, de forma que su organismo se acostumbre para evitar un posterior rechazo.

 

"Contaminación cruzada"

 

Esto es posible porque el problema se basa en una predisposición genética que imposibilita la ingestión del gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, el centeno o la cebada, pero también en muchos aditivos de otros alimentos. Además, existe la llamada "contaminación cruzada", que ocurre, por ejemplo, cuando los mismos recipientes donde se cocinan o se sirven alimentos con gluten se utilizan también para los alimentos sin gluten y quedan restos.

 

Aproximadamente una de cada 100 personas son intolerantes al gluten, según los datos de la Asociación de Celiacos de Castilla y León, aunque hace años se hallaba un caso entre 250 personas debido a que los diagnósticos no estaban tan desarrollados como en la actualidad, especialmente en los niños, en los que síntomas como los vómitos, las diarreas, la falta de hierro o el poco peso ponen sobre la pista a los profesionales médicos. Asimismo, también la sensibilización de la sociedad ha aumentado, junto con el acceso a productos sin gluten y un mejor etiquetado de los productos.

 

Acuerdo pionero

 

En esta línea de mayor concienciación se enmarca el convenio de la asociación con la Universidad de Salamanca, que ha firmado esta mañana Pilar de Antón con el rector, José Ramón Alonso y que es el primero de estas características en la comunidad que suscribe una institución académica. El acuerdo se encamina a la promoción de campañas, implantación de dietas en comedores y ayudas a los trabajadores de la Universidad que sufren el problema.