Tecnología España , Valladolid, Viernes, 05 de junio de 2009 a las 14:38

La planta de biodiésel de Olmedo producirá glicerina de calidad farmaceútica

La cooperativa ACOR comercializará más de diez toneladas al año de glicerina, así como harinas, gomas y grasas

Cristina G. Pedraz/DICYT El biodiésel es uno de los múltiples productos que pueden obtenerse de la semilla de colza y girasol. La planta que la Sociedad Cooperativa Agropecuaria ACOR ha instalado en la localidad vallisoletana de Olmedo para la producción de biocombustibles comercializará también otros derivados, como glicerina, harinas y gomas, con el fin de sacar el máximo partido a las semillas. En el caso de la glicerina, un alcohol que es la base de muchos compuestos farmacéuticos, la trazabilidad en todo el proceso le garantiza la certificación de calidad necesaria para ser utilizada por la industria del medicamento.

 

A ello se une el hecho de que, al contrario de otras plantas que adquieren aceites externos para la producción de biodiesel, en la de Olmedo cuenta con sus cooperativistas de ACOR los que cultivan la colza y el girasol necesarios, lo que supone también una importante alternativa para el sector de la agricultura de la región. Javier Areños, director de la planta, ha explicado las diferentes fases para la obtención de biodiésel y los subproductos que se van obteniendo en cada proceso.

 

En primer lugar, se recibe la semilla del socio y se analiza en el laboratorio de la planta según parámetros de calidad, se limpia y se almacena en silos, de donde parte hacia la zona de extracción. Allí, tiene lugar un prensado mecánico mediante el cual se obtiene aproximadamente el 70 por ciento del aceite crudo. El 30 por ciento restante se logra con duchas de hexano, un costoso disolvente que se recupera en su mayor parte para su reutilización. Los restos de semilla se convierten en harinas y piensos para animales, mientras que el aceite crudo se almacena en tanques y posteriormente se refina (se extraen gomas, fósforo, magnesio, ceras, calcio y acidez) y purifica.

 

En una nueva fase, el aceite ya refinado se introduce en un reactor con metano y metilato sólido del cual resulta, por un lado, biocombustible; y por otro, glicerina. Ésta a su vez se purifica con ácido clorhídrico para separar las oleínas o ácidos grasos y el metanol en exceso. “Se trata de glicerina que puede ser utilizada para piensos y plásticos”, apunta Javier Areños, quien subraya que al ser vegetal y no contaminada con grasas animales, junto con la trazabilidad del proceso, goza de calidad farmacéutica para su transformación, por ejemplo, en detergentes.

 

Reducción de emisiones a la atmósfera

 

Así, de las 160.000 toneladas de semilla que se esperan recibir al año, se obtendrán unas 65.000 toneladas de aceite; 95.000 de harinas para la venta, 10.000 de glicerina y 100.000 de biodiésel, lo que evitará la importación de unas 91.000 toneladas de petróleo. Esto significa, a su vez, una reducción anual de emisiones a la atmósfera cifrada en 306.000 toneladas de dióxido de carbono; 827 de monóxido de carbono y 275 de dióxido de azufre.

 

Este tipo de combustible biodegradable y no tóxico presenta como ventajas el contenido de oxígeno, que hace mejorar la combustión, y la ausencia de azufre, al contrario que el gasoil tradicional. Respecto a la agricultura, el cultivo de girasol y colza se realiza anualmente dentro de una rotación de cultivos equilibrada, evitando prácticas perjudiciales para el medio ambiente y mejorando la gestión de los recursos.

 

La homologación del laboratorio como referente es la próxima meta
Uno de los próximos objetivos de la planta vallisoletana de Olmedo es la homologación de su laboratorio como referente en el análisis de biodiésel. En estos momentos, son tres sus misiones: asegurar la calidad de la materia prima que llega a la fábrica, principalmente semilla, en los apartados de humedad, impurezas y materia grasa (a los socios se les paga en función de estos parámetros); controlar las fases intermedias del proceso; y realizar un análisis exhaustivo de los diferentes productos que salen de la planta (harinas, biodiésel, glicerina y aceites), tal y como señala su responsable, Elena Castellanos Fernández.Tras varios meses de pruebas, la planta de Olmedo obtuvo el pasado mes de marzo su primer biodiésel y las primeras glicerinas derivadas del proceso, que ya han sido analizadas en los laboratorios de las instalaciones.